Pensamiento Crítico

46 N°3/4, y en 1994 América Libre (Bs.As.) N°5, (incorporada más tarde a Kohan, 2000). Cfr. Alonso Tejada, 1995 y Martínez Heredia, 1995. (37) Cuestionando este sacrificio de la revolución mundial en aras de la razón de Estado y la geopolítica del Estado soviético, el editorial de Pensamiento Crítico N°4 señalaba que: “Allí [en Vietnam] la aviación de EEUU bombardea salvajemente a un país socialista sin que se produzca una crisis mundial entre imperialistas y socialistas...”. (38) La posición geopolítica soviética era clara. Por ejemplo, en una de sus declaraciones internacionales, apenas un año posterior a la revolución cubana, las organizaciones políticas “guiadas” por el PCUS [Partido Comunista de la Unión Soviética] sostenían: “La clase obrera y su vanguardia el partido marxista-leninista tienden a hacer la revolución por vía pacífica [...] En varios países capitalistas, la clase obrera, encabezada por su destacamento de vanguardia [léase el partido comunista tradicional], puede conquistar el poder estatal sin guerra civil [...]”. (PP.CC ., 1960 [las itálicas me pertenecen. N.K.]). (39) “En mi opinión” —sostiene Fernando Martínez Heredia— “después de los primeros años ’70 en el pensamiento social de Cuba predominó el dogmatismo en la preparación de las personas, en la educación formal, en los medios masivos, y más estrictamente en la preparación teórica marxista, y también en la forma en que se divulgaba ésta a través de todo tipo de medios. Pienso que esto forma parte de una segunda etapa de la revolución, muy contradictoria en sí misma. En esa segunda etapa el proyecto original de la revolución fue parcialmente abandonado o devaluado, ante un cúmulo de circunstancias desfavorables. En lo esencial la revolución continuó: el mismo poder revolucionario de tipo socialista de liberación nacional, antiimperialista e internacionalista; se plasmó la redistribución sistemática de la riqueza social, comenzada en la primera etapa anterior de los '60, y la universalización de grandes avances sociales; el modelo comunista siguió siendo el referente principal. Yo creo que tenía razón Fidel Castro cuando en 1972 reiteraba en Europa Oriental que el internacionalismo es la piedra de toque del marxismo leninismo, lo que permite identificar a un marxista leninista. El internacionalismo se mantuvo, se sistematizó e incluso realizó algunas epopeyas de participación popular masiva muy superiores a lo que se había logrado antes, e involucró a gran parte de la población (como por ejemplo en Angola y otros países africanos adonde Cuba envió decenas de miles de combatientes internacionalistas). La gigantesca transformación educacional completó la eliminación de la antigua división en clases de la sociedad cubana y disminuyó las diferencias de los grandes grupos sociales entre sí, al capacitar de una manera masiva, igualitaria y eficaz, no meramente formal, a los niños y los adolescentes, de acuerdo al esfuerzo de cada uno. Los estudios y los esfuerzos laborales, junto con méritos políticos adquiridos en los hechos, han sido las vías principales de ascenso social en esta segunda etapa en que la movilidad social no era ya tan dinámica como en la primera. En todos esos aspectos, y en otros más, se expresa la continuidad de la revolución en esta segunda etapa comenzada en los '70. La discontinuidad se expresa también en numerosos aspectos, varios de ellos

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