Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

SOTELO VALENCIA Marxismo y Dependencia 86 depuso al gobierno constitucional de Joao Goulart en 1964 y anuló la creencia en la posibilidad del “desarrollo nacional autónomo”; se sistematizó más tarde en Chile, sobre todo, debido a las condiciones favorables que ahí ofreció el triunfo del movimiento popular y la instalación en el gobierno de la Unidad Popular en 1970 bajo la conducción del presidente Salvador Allende. Por último, en México experimentó uno de sus más fructíferos períodos debido a la permanencia de Marini durante casi dos décadas donde desplegó una fructífera actividad teórica y académica. Además, la teoría de la dependencia, al lado de las ciencias sociales, fue diversificando sus líneas temáticas y objetos de estudio esforzándose en alcanzar altura para la comprensión de los fenómenos contemporáneos. El triunfo de la revolución cubana abrió una nueva etapa del pensamiento social y crítico en América Latina, la cual se prolonga prácticamente hasta la actualidad. Y mientras siga vigente dicha revolución y su ideal libertario, así como las desastrosas condiciones que provocan atraso y subdesarrollo en nuestros países capitalistas dependientes, la tmd tiene también un importante papel que desempeñar tanto en la teoría como, y más importante aún, en los procesos de transformación social y de liberación. En este contexto, es que esta teoría tiene que proyectarse para brindar un horizonte de cambio y transformación dentro de procesos inéditos económicos, sociales, políticos y culturales que están emergido en el continente al calor de las luchas de clases y del arribo de poderosas fuerzas populares, como verdaderos movimientos de resistencia ante la embestida de la globalización del capital y del imperialismo. Ejemplos de esta resistencia y movilizaciones se dan en Cuba, Venezuela, Ecuador, Haití, Argentina, Colombia y Brasil, entre otros que tensan al neoliberalismo y lo denuncian como verdadero capitalismo salvaje de carne y hueso completamente alineado a los intereses geo-estratégicos y políticos de dominación de Estados Unidos. En el escenario histórico-político de la génesis de la TMD merece un lugar destacado la Revolución Cubana cuya praxis se proyectó en el pensamiento social y teórico, echando por tierra dos concepciones por entonces boyantes: la de los partidos comunistas ligados a Moscú, que pregonaban la alianza con un presunta “burguesía progresista” encaminada a “aislar” y “derrotar” al enemigo por entonces considerado fundamental: los terratenientes feudales y, por otro lado, la concepción de la CEPAL, cuyo teorema centro- periferia iluminaba por aquél entonces las ideas y tesis de la intelectualidad bajo la idea-fuerza de que, para salir del subdesarrollo y superar la dependencia, era necesario desarrollar el “capitalismo autónomo” mediante la industrialización sustitutiva de importaciones. Marini y la TMD negaban esta aseveración. Al respecto, ese autor escribe que: “La teoría de la dependencia conducía a descartar la noción de desarrollo capitalista autónomo, tan cara a los ideólogos cepalinos, y a considerar que la dependencia no podría ser superada en los marcos del capitalismo”. Y la historia le habría de dar la razón: no sólo se ha erradicado, como pregonaban los autores desarrollistas y los ligados al funcionalismo sociológico, sino que se ha profundizado en países clave, como Brasil y Argentina (durante sus respectivos procesos progresistas) que, se suponía, avanzaban hacia un “desarrollo autoconcentrado e incluyente socialmente” y que había “superado” la dependencia y el atraso. DEPENDENCIA Y MARXISMO A diferencia de otros autores ubicados en la corriente de la dependencia como Cardoso, Furtado, Ferrer, Weffort, el intento más acabado para edificar los pilares científicos de una teoría de la dependencia fue, sin duda, el desarrollado por Ruy Mauro Marini, principalmente en su libro Dialéctica de la dependencia publicado en México en 1973 después de que comenzara a circular por el continente latinoamericano de forma clandestina lo que revelaba, por otro lado, su importancia para la intelectualidad latinoamericana de izquierda de aquél entonces. Néstor Kohan expone muy bien el lugar del pensamiento de Marini en el contexto de la TMD:

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