Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89
GUADARRAMA GONZÁLEZ La integración y la utopía de una ciudadanía latinoamericana 26 los demás derechos que les correspondan como ciudadanos pacíficos” 12 . Más allá de cualquier cuestionamiento que hoy injustamente se pueda hacer a esa limitación del sufragio universal, lo importante era su concepción del «ciudadano americano». Este gentilicio resquebrajó su uso para los habitantes del centro y sur del continente cuando la Constitución de Filadelfia lo adoptó para designar de manera exclusiva a los ciudadanos de los Estados Unidos de América. Poco después de aquella declaración, Miranda propuso el gentilicio de “colombianos” para referirse a los suramericanos, por lo que llama la atención que en 1801 aún utilice el de “ciudadano americano”. Similar evolución se operó en el concepto de “soberanía”. Si en un inicio se reconocía, en primer lugar, atribuida a Dios, luego al rey y en tercer lugar al pueblo, con la preparación ideológica de las luchas independentistas, y hasta la actualidad, terminaría siendo reconocida solamente como atributo de este último. Algo diferente sucedió con el concepto de “ciudadano”, pues si bien su uso se observaba con más frecuencia en pleno siglo XVIII , y no así el de “súbdito” , inicialmente se circunscribía a los habitantes de algún virreinato o capitanía. Según François-Xavier Guerra: “La cuestión del ciudadano no es prioritaria ni central en las primeras fases de las revoluciones hispánicas. Lo que va a dominar al principio son los problemas de soberanía, representación y nación; es decir, temas que conciernen más a la colectividad que al individuo” 13 . Habría que esperar al proceso independentista que se inicia con la Revolución en Haití, al ideario de sus próceres, pero también de algunos auténticos intelectuales que apuntalaron dichas luchas, y de líderes políticos, que propugnarían la utopía de la integración y una “ciudadanía latinoamericana”. En esta nueva época tomarían mayor auge estas ideas, aunque sus gérmenes afloraron precozmente en el pensamiento de algunos ilustrados. Entre ellos se destacó el sacerdote chileno promotor de la independencia, Camilo Henríquez, quien limitado por su condición y la censura imperante durante el dominio colonial, en 1811 no expresó públicamente durante un sermón ―en el que considera la nación conformada tanto por americanos como por españoles 14 — sus radicales ideas independentistas, contenidas luego en una proclama que redacta ese mismo año y circula clandestinamente, basada en una concepción de “patria” que ya no tiene nada que ver con la metrópoli. En dicha proclama declara: “De cuánta satisfacción es para un alma formada en el odio de la tiranía, ver a su patria despertar del sueño profundo y vergonzoso que parecía hubiese de ser eterno, y tomar un movimiento grande e inesperado hacia su libertad, hacia este deseo único y sublime de las almas fuertes, principio de la gloria y dicha de la República, germen de luces, de grandes hombres, y de grandes obras; manantial de virtudes sociales, de industria, de fuerza, de riqueza!” 15 Es significativo que en una misma persona y en una misma fecha sus ideas sobre “patria” sean diametralmente distintas, pues las que podía hacer públicas no expresaban su verdadera concepción al respecto. Aun así, su sermón en el Congreso Nacional de Chile, convocado para proclamar una Constitución, a pesar de su tono moderado estaba impregnado de ideas emancipadoras. Otro sacerdote que impresionó por su pensamiento ilustrado, emancipador e independentista fue el cubano Félix Varela, quien le dedicó especial atención al tema del patriotismo y el cosmopolitismo, cuya expresión concreta en aquella primera mitad del siglo XIX era la identidad con los pueblos latinoamericanos, aun cuando se continuase utilizando el término “americanos”, que luego quedaría atribuido solo a los estadounidenses. Su latinoamericanismo se aprecia cuando expresa: “Cuando yo ocupaba la Cátedra de 12 MIRANDA, F. de. (1982). Proyecto de Gobierno Provisorio (1801), en Francisco de Miranda. América espera. Selección, prólogo y títulos de José Luis Salcedo Bastardo. Biblioteca Ayacucho, Caracas. p.288. 13 GUERRA, F-X. (2003). “El soberano y su reino. Reflexiones sobre la génesis del ciudadano en América Latina”, en Ciudadanía política y formación de las naciones. Perspectivas históricas de América Latina. coord. Hilda Sábato. FCE, México, FCE. p. 36. 14 HENRÍQUEZ, C. (1988). Pensamiento político de la emancipación, 1790-1825 T. I. selección y prólogo de José Luis Romero. Biblioteca Ayacucho, Caracas. p. 226. 15 HENRIQUEZ: 1988, p. 220.
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