Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

BERGUA La verdad es de todos… 250 JAB : -Por eso afirma que la verdad es de todos y todas… AOO: En efecto, la verdad es de todos y todas y de nadie en particular, porque la verdad no es posesión de nadie. La verdad es inter-verdad, verdad dialógica y democrática, verdad encarnada como sentido existencial y no como una esencia o fundamento dogmático. La verdad es humana, intersubjetiva y relacional, y no absoluta o absolutista pero tampoco meramente relativista. La verdad es paradójicamente implicación de contrarios, mediación y remediación de los opuestos, lo que incluye una política del consenso pragmático frente a la trinchera ideológica cerril. Esta mediación hay que realizarla desde un centro descentrado y desde un medio dinámico o remediador y no estático ni obturador. JAB -Quizás por ello propugna una creatividad cultural abierta al otro y su otredad radical: AOO: Así es, la procreación es el modelo de toda creación o creatividad humana, la cual consiste en acceder al límite o frontera y transitarla culturalmente, o sea, en penetrar simbólicamente en la otredad, lo que es propio de la ciencia, o bien ser penetrado simbólicamente por la otredad, lo que es propio de la conciencia. Por eso en el fondo de toda pro-creación está agazapado el amor, ya que en el amor yo soy otro, porque hay un proceso de otración o transformación radical. Crear es procrear simbólicamente, es decir, culturalmente. JAB: -El tema del amor, junto al de la muerte, parece entrar con fuerza en esta su última etapa de la vida, inaugurada con su conocida obra Amor y sentido: AOO: Bueno, el amor constituye el sentido trascendental de la vida humana, aunque esté atravesado de esa ambivalencia que atraviesa todo el ser de lo real. Sólo el amor puede afrontar la muerte humanamente, y en mi caso pondero especialmente el amor de amistad, como quería Montaigne. Pero también la propia muerte es ambivalente, porque al tiempo que finiquita nuestra vida significa sin embargo el descanso eterno y la paz perpetua para fieles e infieles, creyentes y no creyentes. El amor y la muerte tienen en común que representan la apertura radical al otro u otra (en el caso del amor), así como a la otredad radical en el caso de la muerte, por eso la literatura los concelebra conjuntamente. JAB: -Su filosofía es conocida por ser antropológica, y usted se define por ser un hermeneuta o intérprete de la cultura, autor del famoso Diccionario de hermenéutica (palabra que significa interpretación): nos gustaría conocer su interpretación de las culturas: AOO: Pues bien, he distinguido entre una vieja cultura matriarcal, en torno a la diosa Madre (la tierra o naturaleza), una posterior cultura patriarcal en torno al dios Padre (símbolo de lo celeste), y una última cultura fratriarcal que ya no diviniza verticalmente a la Madre ni al Padre, sino al hijo-hermano horizontalmente y, por tanto, democráticamente. Así que lo primero que privilegiamos es la nación donde nacemos (la matria), luego privilegiamos nuestra estancia en un estado (la patria), y finalmente privilegiamos cívica o civilmente la fratria o hermandad democrática, instaurada por una confluencia greco-cristiano-ilustrada. JAB: -Usted ha descubierto esos rasgos en la gran tradición del Pilar de Zaragoza. AOO: En el Pilar de Zaragoza puede observarse todavía un trasfondo pagano matriarcal, ya que el pilar o columna era un árbol mineralizado que fungía de trono sobre el que se asentaba la vieja diosa madre mediterránea, aunque luego en el cristianismo posterior el pilar o columna, asiento de la Virgen Madre, adquiere cierta connotación patriarcal de fundamento inmóvil o inmutable. Pero yo interpretaría el Pilar precisamente como el encuentro fratrial o fratriarcal de la religiosidad pagana naturalista y la religión cristiana

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=