Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

ROMERO La noviolencia en la formación de psicólogos en Colombia… 242 ilícitas; 5) Resarcimiento de las víctimas, que implica la creación del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición; y 6) Mecanismos de implementación y verificación, para los que se crea la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final (Gobierno Nacional de Colombia y Fuerzas Revolucionarias de Colombia - Ejercito del Pueblo, 2016). Estos seis puntos del acuerdo se enfocan en tres ideas básicas que abanderaron el proceso de paz: la primera, la necesidad de superar las causas que suscitaron el conflicto; la segunda, que el conflicto es fundamentalmente rural y no urbano, relacionado con una disputa agraria, por la propiedad de la tierra y la expansión de la frontera agrícola; y la tercera, que el conflicto ha creado una división entre lo urbano y lo rural, puesto que quienes se han visto afectados por este han sido los sectores rurales (Patiño Villa , 2015). De acuerdo con esto, la ejecución de los puntos del acuerdo de paz se va a visibilizar en mayor medida en los contextos rurales. Según Cubides Cardenas, et al. (2018) la implementación del acuerdo es la fase más importante para garantizar el fin del conflicto, a la cual se le denomina Posconflicto , que a nivel simbólico favorece en las victimas y la sociedad en general la percepción de transición del conflicto armado a una nueva oportunidad de construir un presente y consolidar un futuro estable. Este escenario claramente no ha sido ni será perfecto, por el contrario, representa una serie de altibajos y retos que implican el compromiso de diversas instituciones estatales, de los actores que estuvieron involucrados de forma activa en el conflicto y de la sociedad colombiana. Con relación a lo anterior, Prieto Botero (2015) indica que el principal desafío de esta etapa será evitar recaer en el conflicto y disminuir la reproducción de la violencia, para lo cual se requiere impedir la reincidencia de los excombatientes y prevenir que quienes no se desmovilizaron de estos grupos persistan en la guerra y en las actividades criminales; De igual manera, esta etapa es muy sensible para las partes, de ahí la importancia de trabajar en ella con sumo cuidado, evitando reactivar la disputa y/o generar desconfianza. Frente a esto, Molano Rojas (2015) indica que el posconflicto siempre será un momento crítico y de gran vulnerabilidad para cualquier sociedad, la cual requiere pasar esa página de su historia poniendo en marcha la reconstrucción de su institucionalidad, restableciendo la convivencia civil, neutralizando las causas de las disputas e impidiendo su reactivación o transformación. En Colombia, el proceso del posconflicto ha sido bastante difícil, en especial por el cambio de gobierno, puesto que el nuevo presidente (que se posesionó en el año 2018) hace parte del partido político que se encontraba en desacuerdo con que se realizara el acuerdo de paz, lo cual ha generado una serie de incertidumbres entre los actores involucrados y la sociedad en general. Muestra de ello, es que de forma reciente este mandatario presentó unas objeciones a la Justicia Especial para la Paz. Al respecto, el cuarto informe de verificación de la implementación del Acuerdo Final de Paz (noviembre de 2018), menciona que los acuerdos se encuentran en un estado crítico en su cumplimiento, por ejemplo: en lo relacionado con el acceso y uso de la tierra, no se ha logrado avanzar en su implementación, ni tampoco en la aprobación de las leyes faltantes; frente a la solución del problema de las drogas ilícitas, se ha avanzado en los programas de sustitución y erradicación de cultivos de uso ilícito, pero no se presentan avances en cuanto al consumo y la lucha contra el narcotráfico; por último, en el tema que se relaciona con el sistema integral de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, es en el que más dificultades se han presentado, dado que si bien la JEP (Justicia Especial para la Paz) tiene los mayores adelantos en su funcionamiento y avanza en el desarrollo de sus diligencias judiciales, es el ente que ha tenido que enfrentar las mayores controversias, así mismo, los componentes de reparación y compromisos con la promoción de los DDHH no ha presentado grandes avances sobre todo en lo que tiene que ver con la adecuación de la política de reparación a víctimas y el Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos (CINEP/PPP y CERAC, 2018). Si bien la implementación efectiva de este acuerdo de paz recae en gran medida en la voluntad política del actual gobierno, no se puede desconocer el importante papel de la sociedad colombiana y de sus instituciones en su desarrollo, quienes deben aportar en la construcción de la paz.

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