Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

Utopía y Praxis Latinoamericana; ISSN 1316-5216; ISSN-e 2477-9555 Año 25, n° 89 (abril-junio), 2020, pp. 144-163 159 asimilación de sus pautas culturales como propias, que sumen en una desintegración profunda. El antiimperialismo, irreductible entonces a una postura política circunstancial, se genera como una información esencial, histórica, sociogenética y permanente en potencia, capaz de contener en sí misma un movimiento desalienador, que si bien al liberar sus energías no provocaría de forma inmediata y automática las síntesis identitarias anheladas, podrá configurar el marco general de relaciones y procesos que las catalicen y radicalicen. Alejandro Serrano advierte la relación nación e imperio como contradicción fundamental e ineludible que evidencia la oposición determinante entre el ser y el no ser de los pueblos oprimidos. El imperio es negación de la otredad existencial, sacrificio de la identidad y desnaturalización de la vida en todas sus expresiones. El camino de la racionalidad sensible emergida en la búsqueda del ser, la cual supera la razón antropofágica de la instrumentalización civilizatoria moderna, choca y trasciende la lógica impuesta por los centros hegemónicos de poder que engrosan las redes y mecanismos imperialistas. En este sentido, resaltando el carácter colonialista y neocolonialista del imperio, el catedrático y activista social nicaragüense profundiza la perspectiva del político filósofo decimonónico cubano. Así plantea la encrucijada martiana: El drama histórico de Martí es, como ya señalamos, el de la liberación y la identidad. Dejar de vivir en el pasado, en el coloniaje español, sin caer en lo que se considera el futuro y el progreso, el dominio imperial de los Estados Unidos. ¿Cómo evadir ambos riesgos y reafirmar el propio ser?, es la gran pregunta en que Martí sustenta filosóficamente su guerra de liberación 35 . La urgencia de librarse cuanto antes del eje de dominación imperial español, e impedir la intromisión como instancia aparentemente mediadora del vigoroso vecino del norte, que justificaría tal como fue su desbordamiento futuro sobre Cuba, en un mismo proceso de emancipación materializado en el movimiento independentista, se convirtió en la razón fundamental de su vida. José Martí concibe la necesidad de evitar la universalización de las relaciones sociales que habían fraguado la federación de naciones norteamericanas como forma hegemónica y exclusiva de interacciones humanas. Asumiendo las palabras del orador Wendell Phillips por quien sintió profunda admiración, citado en una crónica con motivo a su muerte, el Apóstol de la liberación americana reescribe. Por todas partes se os oye sonando a dinero: no hay más en esta tierra que chirriar de ruecas, polvo de comercio y ruido de pesos ¡Franklin os ha corrompido con su economía sórdida del pobre Ricardo! 36 Para obstaculizar que el mundo se convirtiera en un gigantesco atolladero de insensible y despiadado mercadeo al servicio del portentoso crecimiento norteamericano, y con ello la mundialización de los vicios de aquella sociedad, José Martí se percata que no es posible reproducir su poder si este no se extiende y nutre de las regiones más cercanas. Sería la América entonces el espacio que le brindaría no solo riquezas, sino la fuerza, el teatro de operaciones que le permitiría adquirir el entrenamiento, las habilidades y los instrumentos coercitivos para luego expandirse a otras regiones del planeta y establecerse como potencia hegemónica global. El primer paso para frenar tales metas constituía para José Martí la independencia de Cuba y Puerto Rico, y luego alentar y apoyar a otros movimientos liberadores en América Latina y el Caribe. Por esta causa, cuando el revolucionario y precursor del modernismo literario en lengua española piensa que en la emancipación de Cuba y América Latina se juega el equilibrio universal de las naciones modernas, asume la perspectiva antiimperialista como reafirmación del ser americano, del resto de los pueblos oprimidos del mundo y de otros que sin sufrir el dominio directo tendrían que alinearse o padecer aislamientos y sanciones de distinta índole. 35 Serrano Caldera, A. (2011). “José Martí en la identidad y la filosofía latinoamericana”, p. 86 en: Obras. América Latina ante la razón filosófica. Escritos sobre el pensamiento, la política y la cultura nicaragüense . Volumen III. Editorial HISPAMER-CNU, Managua. pp. 79-92. 36 Martí, J. (2009). Norteamericanos. Apóstoles poetas y bandido s. Centro de Estudios Martianos. La Habana. p. 120

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