Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89
RAMÍREZ SIERRA El continente martiano en la filosofía política… 158 referencia al caso específico de Cuba, el culto a la dignidad plena del hombre 31 . Un culto que conduciría inobjetablemente a la desaparición de las reminiscencias idiosincráticas y de las condiciones materiales que substraen al ser humano de su devenir en plenitud. Por su lado, el político y ensayista nicaragüense explicita en su perspectiva teórica la necesidad cardinal del humanismo arraigado en la dignidad humana. El humanismo se justifica filosóficamente –apunta- por el respeto a la dignidad de los seres humanos, la realización entre éstos y la relación con la naturaleza 32 . No limita el humanismo y la dignidad al yo como entidad referencial individualizada al margen del sistema de relaciones sociales en la que se sitúa el individuo en correlación con el otro y los modos de dialogar con todo lo que existe. Ambas categorías se encuentran sujetas a condiciones sociohistóricas que particularizan sus manifestaciones y alcances, de donde emergen las causas que pueden agenciar su consumación o entorpecerla. A juicio de Alejandro Serrano las instituciones, prácticas y productos culturales que condensan en mayor medida los instrumentos y estrategias cercenadoras de la dignidad humana se ubican en torno al despliegue de los imperios modernos. Su poder y permanencia se establecen a partir de la dominación y el colonialismo político, económico, tecnológico, religioso y cultural sobre grandes regiones, situadas no solo al sur del planeta, que vieron frustradas su evolución natural y la posibilidad de ser sin la violenta y extraña paternidad extranjerizante. Sacrificadas ante la suspensión de su existencia, fueron forzosamente condenadas a una vía de desarrollo que transformaba al ser humano en ser-insumo en constante estado de dependencia y dispuesto en un orden estructural que anulaba en todas las formas posibles su capacidad de reproducción en libertad, más allá de aquellas que fueran diseñadas por las metrópolis. La personificación del imperio sobre América, sean los de España, Portugal, Francia, Inglaterra y más recientemente los Estados Unidos de América, arrasa y desvirtúa la institucionalidad e inhabilita el nexo entre los modos de creación de la vida y las formas identitarias que se van construyendo conforme se desenvuelven los pueblos. La condición del imperio supone la enajenación política y la homogeneización cultural que clausuran progresivamente la posibilidad de reencuentro del ser con el imaginario y las pautas de producción y consumo que lo distinguen e identifican como una instancia auténtica. Es cancelada la soberanía y se restringe el sentido de la vida a una supervivencia precaria que esteriliza lo humano. El ser negado en todas sus costuras crea un mecanismo de defensa individual, que luego trasciende hacia la dimensión de conducta defensiva a nivel social, concebido como una racionalidad sensible sobre el sentido y los usos de la libertad. Solo en la libertad y a través de prácticas liberadoras puede encontrar asidero el americano para su más completa y definitiva emancipación. El acecho de imperios 33 , que han obligado al americano a rehacerse desde la corporalidad de su mundo interior como un espacio con potencialidades para impulsar su existencia, justifica y redimensiona las irrupciones orientadas a su liberación. En términos concretos, -afirma Serrano Caldera- la necesidad de liberación se identifica ante el poder de dominación preciso. En nuestro tiempo y circunstancia este poder de dominación se ejerce a través del neocolonialismo y del imperialismo. Los afanes de identidad tienen que encontrarse necesariamente con estas formas de enajenación 34 . La praxis anticolonial y antiimperialista no representa una codificación externa, foránea a la formación y desenvolvimiento del ser en América. La constitución de una identidad auténtica parte del reconocimiento de la necesidad histórica de superar el desgarramiento ontológico provocado por la flagelación de imperios y la 31 Cfr. Martí, J. (1991b). “Discurso en el liceo cubano, Tampa, 26 de noviembre de 1891”, p. 270 en: Obras Completas . Vol. 4. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. pp.267-279. 32 Serrano Caldera, A. (1995). Los dilemas de la democracia. Hacia una ética del desarrollo . HISPAMER Managua. p. 51 33 Cfr. Bosch, J. (2009). De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera imperial . Editora Alfa y Omega. Santo Domingo. 34 Serrano Caldera, A. (1988). Entre la nación y el imperio. Aproximaciones a una filosofía de la historia a partir de la Revolución Popular Sandinista . Vanguardia, Managua. p. 43
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