Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89
IBARRA PEÑA Visión crítica del Cepalismo y del Jesuitismo… 128 antimarxistas. Considero que esa distinción no lo excluye de la clasificación de ser un filósofo de la liberación con independencia de las diferencias sostenidas con el grupo argentino y con Zea. Por su parte, Rivano no elabora una discusión explícita con la teoría de la dependencia, ya que no aparece haciendo ningún tipo de confrontación categorial o conceptual con ésta. Pero claramente, tampoco se presenta como un defensor o apologeta de dicha teoría que venía siendo elaborada desde las ciencias sociales por el cepalismo con domicilio en Chile; tampoco sostiene un debate que implique interlocución con la obra de Salazar Bondy, Zea o los filósofos de la liberación argentina. Por lo tanto, no se puede suponer que Rivano se encuentre siendo partícipe activo de esta discusión dada al interior de la filosofía latinoamericana. La inclusión de Rivano, en una tradición de pensamiento anticolonialista y situada, no sólo es una perspectiva novedosa sino que viene a incrementar la reflexión sobre la liberación al interior de las filosofías nuestroamericanas aceptadas, ya que no ha sido considerado en los distintos estudios acerca de la filosofía de liberación, pero tampoco en compilaciones sobre los filósofos latinoamericanos, que limitan la reflexión a la concepción liberacionista del movimiento argentino. Esta inclusión aporta a aquellos planteos que hacía el filósofo mendocino Arturo Roig en cuanto a que de esta pluralidad categorial se establecen desplazamientos para nuevos comienzos del filosofar. Sin duda, está pendiente una gran tarea en el estudio de nuestros autores que permanecen en la invisibilización, el corpus de los filósofos latinoamericanos es muchísimo más amplio que el que presentan investigaciones ya realizadas. Considerando los textos revisados, es claro que no aparecen referencias al grupo argentino de filósofos de la liberación, ni a Salazar Bondy y tampoco a los teóricos de la CEPAL. Cuando Rivano refiere a Latinoamérica pretende polemizar con los filósofos latinoamericanos que abordan cuestiones ontológicas y fenomenológicas para exponer su crítica irónica a este tipo de filosofía, es decir tiene en cuenta a una generación de filósofos anteriores, tales como los ya mencionados: Wagner de Reyna, Ernesto Mayz Vallenilla, Héctor Murena, Abelardo Villegas, entre otros. Sobre otras manifestaciones de la filosofía latinoamericana -como advertí más arriba- dice que prefiere no entrar a comentar aquellas visiones que le parecen más importantes y mejor fundadas, debido a su interés por polemizar. De este modo, sólo queda un espacio para realizar una inferencia débil, en cuanto a que los filósofos de la liberación podrían ser considerados en este grupo no aludido en la crítica, dado el hecho de cierta simetría temática. Todo ello no sería más que mera conjetura, debido a que en el período en que Rivano escribe sus textos, en América Latina son extrañas las visiones que recogen filosofías de corte materialista. En los sesenta todavía se están desarrollando propuestas que -a grosso modo- podrían ser consideradas liberadoras de aquello que podríamos llamar como liberación ontológica iniciadas a principio de los cincuenta por Félix Schwartzmann contenidas en El sentimiento de lo humano en América . Con Rivano desde comienzo de los sesenta, hacia finales de los sesenta con Salazar Bondy y comienzos de los setenta con el grupo argentino contamos con planteos que advierten una concepción de la liberación en sentido materialista, dada las condiciones económicas impuestas en el continente por el neocolonialismo. Entonces, ¿qué elementos comunes podemos advertir entre Rivano y el resto de los autores que he ido mencionando? En primer lugar, repasaré el uso de conceptos en los textos que son parte de lo que se puede considerar como una forma de uso categorial. Conceptos como dependencia, miseria, liberación, dialéctica, tercermundismo, explotación, dominación, servidumbre, eurocentrismo, centro, periferia, etc. Hay que notar que algunos de estos conceptos están presentes en la teoría cepalina, por lo tanto se podría sospechar que Rivano no desconoció dicha teoría, sin embargo, al interior de la filosofía disciplinaria de la época -practicada en Chile- no se encuentra al uso referirse a las ciencias sociales. Habría que conceder que estos conceptos eran parte de la sensibilidad de los sesenta dada la difusión que comenzaban a desarrollar las ciencias sociales, como lo han sugerido algunos autores (Devés: 2008; Terán: 2013). Elijo una frase del filósofo argentino Oscar Terán para referir a esta sensibilidad de la intelectualidad de izquierda: “…se trata, en suma, de unos actores intelectuales constituidos por una coyuntura histórica, por una colocación institucional y social, y por una discursividad” (Terán: 2013, p.45).
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=