Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

ROSSI Acerca del fetichismo de la ley 118 Creemos que la cita precedente tiene algunos aspectos de capital importancia para comprender la lógica de la perversión. Sabemos que para Kant la máxima moral de una acción, o una máxima que pretenda ser universal debe excluir toda motivación patológica, pero al mismo tiempo la única forma de encontrarnos frente a la ley es por el camino de dichas motivaciones patológicas, con lo cual la moral siempre deviene conflictividad, es decir, siempre es, para utilizar una terminología nietzscheana, reactiva. Incluso siempre está pensada desde una dimensión negativa, porque sin los motivos patológicos no habría forma de arribar a la ley universal. Pero lo interesante es el plus que agrega Lacan al mostrar que sí nos encontramos con un objeto el cual nunca se pierde. Se trata justamente del objeto voz. De ahí, la voz de la conciencia , instancia privilegiada del superyó de la cual no podemos escapar. Justamente en el seminario sobre la Ética Lacan va a proponer otro tipo de ley que no emane del imperativo superyoico. A su vez, este imperativo categórico exige como condición sine qua non, que valga para todos los casos, pero que no quiere decir que se imponga a todos. Sin duda alguna, este es una de las frases más complejas y oscuras del texto de Lacan. Un punto clave para entender el sentido de la frase subyace en los términos por derecho lógico. Al respecto, recordemos que la lógica, ya desde el tiempo que es definida por Aristóteles, es una disciplina que se ocupa de la forma correcta de pensar sin importarle el contenido del pensamiento. Sabemos que Lacan le otorga mucha importancia a la lógica, y en determinado momento se dedicó a pensar universales lógicos pero que no tienen existencia real o, mejor dicho, para existir por derecho lógico deben sacrificar toda existencia singular. En otros términos, y para hacer una transferencia al campo de las ciencias sociales, para que exista el ser alemán como universal es necesario sacrificar todo aquello que no constituya parte de ese universal: los judíos, los gitanos, los homosexuales, etcétera, pero al mismo tiempo lo que hace ese universal solo puede existir si existen los judíos, los gitanos, etcétera, amén que para Lacan lo universal no existe en lo real, motivo por el cual siempre constituye un registro imaginario. Otra posibilidad de comprender este calificativo de por derecho lógico atiende al aporte realizado por Rolando Karothy, quien equipara la lógica aristotélica a la kantiana en lo que atañe a la idea de universal, y muestra la importancia que tienen el pensamiento de Pierce para realizar una crítica a este tipo de universal que pude prescindir de toda existencia singular: El cuadrángulo de Peirce nos sirve para hacer visible lo que está oculto en Aristóteles y en Kant, es decir, que lo universal prescinde de la existencia. Pierce defiende explícitamente, en su desarrollo lógico y semiológico, la existencia contra el a priori de lo universal. Cuando Aristóteles considera los enunciados particulares, afirmativos o negativos, da lugar efectivamente a lo que no es universal; pero lo que esconde es que la existencia misma de lo universal prescinde de que exista una cosa que pueda no responder a ello 30 . Unos pocos pasajes más abajo, Karothy continúa reflexionando: Alguien critico una vez a Kant y dijo que “parecía” tener las manos limpias. Pero el problema es que Kant no tenía manos, aunque si en realidad las hubiera tenido no hubieran estado tan limpias porque, como Aristóteles, lo que escondía con la tesis del universal es que en función del Bien se podría matar a cualquiera con el objeto de preservar el universal 31 . Concluyamos con Lacan a partir de explicitar el imperativo de goce sadiano, central para entender la lógica del capitalismo: 30 Karothy, R. H. (2005) Una sola gota de semen. Buenos Aires, Letra Viva, pp. 79-80. 31 Karothy ( Op. Cit., p. 81).

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