Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

Utopía y Praxis Latinoamericana; ISSN 1316-5216; ISSN-e 2477-9555 Año 25, n° 89 (abril-junio), 2020, pp. 98-107 105 Y la maquinaria del capital que ampara esta dinámica de producción, no tolera los señalamientos que se generan desde la ciencia comprometida con el medio ambiente a partir de la crítica a la fuente fundamental de su destrucción. Las grandes empresas impulsan el discurso del capitalismo verde , el cual justifica mantener los ritmos de la producción amparados en elaboradas normas ambientales que, en esencia, no alteran los devastadores efectos en la naturaleza ni mucho menos la exacerbación del consumismo depredador. Por eso es importante insistir, desde la óptica del marxismo, en que el funcionamiento del sistema capitalista sigue anclado en la explotación del hombre por el hombre, y en la sobreexplotación de la naturaleza, proceso en el cual la hegemonía de la clase dominante se sustenta en una relación societal que asegura la reproducción de sus dinámicas de bienestar a costa de la pobreza estructural de las mayorías. “Desde el mercantilismo al neoliberalismo, la lógica dominante divide a quienes pueden explotar entre quienes pueden ser explotados. Pasando por designios divinos hasta la capacidad tecnológica, las clases dominantes han construido una estructura que los ubica como los poseedores de lo natural, y que naturaliza esa relación de poder, sustentados en una racionalidad instrumental” 19 . En este contexto de colapso ecosocial, el pensamiento crítico y la concepción marxista juegan un papel decisivo. Se trata de seguir demostrando las raíces de los problemas, la explotación y las injusticias. Sin dogmatismos de por medio, esta visión tiene la responsabilidad de continuar con el análisis científico de las relaciones sociales, del modo de producción capitalista y de las alternativas políticas, económicas, sociales y culturales que confluyan en una oportunidad real en defensa de la humanidad. UN FUTURO INCIERTO A pesar de las grandes aportaciones que se hacen desde el pensamiento crítico y las diversas visiones del marxismo latinoamericano, el escenario de la batalla de las ideas no presenta buenos augurios. En la era de la supremacía tecnológica, los valores neoliberales han logrado afianzarse frente a los planteamientos emancipadores. Con todo y las indiscutibles demostraciones de toma de conciencia y acciones políticas desplegadas en diversos países latinoamericanos y caribeños, amplios sectores de las sociedades de la región se mantienen en el pasmo ideológico, en la apatía y el conformismo. Sin ignorar las condiciones de sobrevivencia a las que están sometidas, también es real el desprecio hacia las visiones críticas que señalan las causas estructurales de la pobreza y la seria posibilidad del colapso planetario. A pesar de la resistencia del pensamiento crítico, no podemos ignorar la progresiva consolidación de una corriente ultraconservadora a nivel mundial, no sólo representada por personajes como Trump o Bolsonaro, sino por partidos y sectas que reivindican lo más retrógrado de la derecha, arraigada en profundas nociones racistas, xenófobas, religiosas y ultranacionalistas. La ofensiva imperial que Estados Unidos ha desarrollado en el siglo XXI, ha tenido gran impacto en el sabotaje y/o la destrucción de alternativas, en el uso de los mecanismos multilaterales como instrumento de legitimación del intervencionismo y en la consolidación del discurso neoliberal a partir de una supuesta uniformidad de la opinión pública. El poder mediático hegemónico, en el que convergen los intereses de las élites políticas y económicas transnacionalizadas y los supuestos comunicadores, cumple una función esencial en limitar el derecho a la información y la libertad de expresión del pensamiento crítico. Frente a ello habrá que desplegar una estrategia de análisis que descubra los subterfugios discursivos que instrumentan los medios de comunicación para legitimar el orden social, naturalizar la desigualdad y la pobreza, y el consumismo como práctica que igualmente reproduce la competencia, el racismo, el clasismo y alienta un pensamiento conformista y acrítico de la realidad. 19 César Daniel Diego Chimal, op. cit. , p.327.

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