Utopía y Praxis Latinoamericana - Vol. 25 - Núm. 89

LÓPEZ CASTELLANOS Pensamiento crítico latinoamericano en tiempos de colapso 102 En el terreno de la lucha de las ideas, es necesario señalar que una de las principales características en la producción de pensamiento crítico en la región latinoamericana y caribeña, es el protagonismo y participación directa de los sujetos políticos de los procesos actuales, esto es, pueblos indígenas, mujeres, campesinos, trabajadores informales, maestros, estudiantes, sindicatos, organizaciones sociales, intelectuales y movimientos sociales, entre otros tantos actores y sectores sociales organizados, los cuales constituyen esta enorme fuerza latinoamericana que, fuera de la lógica de los partidos de la izquierda institucionalizada, está dando la batalla por una transformación sistémica. En el pensamiento crítico se plantean diversas visiones en torno a la construcción de las alternativas al orden político, económico, social y cultural vigente, bajo diferentes formas de lucha. Mazzeo reflexiona sobre iniciativas emanadas desde las clases oprimidas que impulsan la creación de espacios propios para incidir de forma diferenciada en la vida cotidiana, bajo una orientación socialista. Y como puente de conexión con el amplio abanico de fuerzas políticas y sociales que buscan otro mundo posible, plantea que “el desarrollo de una institucionalidad propia no se contradice con las incursiones en una institucionalidad ajena con el fin de transformarla a partir de una radical democratización” 11 . El pensamiento crítico, y sobre todo el marxismo, ha tenido que existir en un escenario mediático en el que las puertas están prácticamente cerradas para la crítica al orden capitalista vigente y, mucho más, para la difusión de propuestas alternativas. Incluso en la academia y las universidades cada vez es menos frecuente que se expongan o debatan las ideas bajo categorías como socialismo, comunismo, autonomías, autogestión o anticapitalismo, ni se hace referencia alguna a Marx, Lenin, Gramsci, Fidel o el Che, o a los actuales exponentes del pensamiento crítico latinoamericano y caribeño. Sin duda, es difícil escuchar en los programas de los monopolios mediáticos serviciales al capital y a Estados Unidos, ya sean mesas de debate o entrevistas, voces que cuestionen las dinámicas de la explotación del capitalismo, el intervencionismo estadounidense o las acciones fascistas de las derechas latinoamericanas. Tampoco se habla de imperialismo, colonialismo o explotación. Los contenidos del debate público, desde una visión liberal, se manejan sobre una superficie aparentemente neutra, con marcadas tendencias a crear la idea de que la esfera de la política está reservada para una minoría, y que el orden económico existente es único e inalterable. Se trata de no cuestionarse la realidad. Pensar trae consecuencias. Todo aquello que rompa los estándares será incorporado a la categoría de pensamiento subversivo. Es más práctico dejarse llevar y asumir el saber institucional, punto de llegada de la domesticación del conocimiento y la sumisión de la voluntad. El miedo al ejercicio crítico a la hora de construir pensamiento se traduce en una renuncia a la creación intelectual. Romper este círculo vicioso es un acto de compromiso político y ético. Por el contrario, poner trabas, perseguir y evitar que cobre fuerza es labor de la inquisición, cuyo objetivo no es otro que la criminalización del pensamiento 12 . También, en el campo de la intelectualidad y la academia, el pensamiento crítico es comúnmente atacado, relegado e incluso censurado. Prevalece, además del eurocentrismo y el gringocentrismo , una tendencia servicial al capital y sus intereses en el amplio espectro de los debates, sobresaliendo las posturas conservadoras y abiertamente contrarias a cualquier alternativa que cuestione al sistema capitalista. Decir lo correcto dentro de la órbita del status quo , se traduce generalmente en reflectores constantes, becas cuantiosas y la sorpresiva facilidad para asegurar publicaciones. Roitman señala acertadamente que a partir del pensamiento sistémico y el social-conformismo, (…) el establishment hace una propuesta de ciencia social desideologizada, axiológicamente imparcial, realizada por sujetos «neutros», descriptores de hechos brutos, donde se sustituye el 11 Mazzeo, op. cit. , p.87. 12 Roitman, op. cit. , p.24.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=