Pensamiento Crítico

9 más que la legitimación cultural de aquellas posiciones políticas. No se pueden entender unas sin otras y viceversa. Lo sugerente del caso reside en que durante este período de la revolución cubana tanto la posición “herética” como la posición “ortodoxa”, tanto la que promovía un camino propio de socialismo como la que se esforzaba por repetir el camino ya previamente trazado por los soviéticos, discutían abiertamente, sin medias tintas, sin eufemismos, sin esconder las diferencias ni soslayar las discrepancias recíprocas. Aun cuando esas múltiples polémicas (nunca reeditadas, muchas veces desconocidas por las nuevas generaciones) tuvieron alcances disímiles y se produjeron por motivos muy variados, lo cierto es que observadas desde hoy en día y en perspectiva nos hablan de una enorme vitalidad política de la revolución. ¿Por qué los que presuponen —por ejemplo en la cubanología académica— una homogeneidad lisa y compacta de la revolución cubana desde 1959 a la fecha se siguen empecinando en desconocerlas? La revolución cubana produjo una extensión inaudita de los circuitos de producción y consumo cultural, creando un público ampliado completamente nuevo. Por eso, aun sin pretender aplanarlas todas en un mismo registro (borrando su especificidad propia) ese conjunto de polémicas involucró cada vez a mayor cantidad de participantes. El marxismo dejó de ser entonces simplemente una teoría más entre otras, circulando y compitiendo en el mercado de las ideas de reducidos grupos y capillas de intelectuales tradicionales (profesores, literatos, cineastas, economistas, periodistas o pintores) para convertirse en una cultura de masas que involucró en sus múltiples debates y discusiones a cientos de miles (cuando no a millones). Pensamiento Crítico : La génesis de una herejía Sólo a partir de su inscripción en ese poblado entramado de polémicas políticas y discusiones ideológicas, y en medio de ese trastocamiento social general que produjo un nuevo e inédito espacio ampliado de los circuitos tradicionales de consumo cultural, puede entenderse la génesis y el notable impacto que causó una publicación que sin duda hizo época: la revista Pensamiento Crítico . Expresado de otra manera: Pensamiento Crítico no fue una excepción. No fue un rayo en el cielo de un mediodía luminoso. Por el contrario, fue expresión de la rebelión que atravesó toda una época y, al mismo tiempo, contribuyó a legitimar y potenciar esa misma rebelión. Como la revolución cubana en su conjunto —de la cual quiso ser expresión teórica, lográndolo en gran medida— fue causa y efecto, razón y consecuencia. Fue una revista “hereje” en las ciencias sociales porque la revolución cubana también lo ha sido 14 . Pensamiento Crítico no emergió del vacío. El personal que la imaginó, la dirigió y le dio vida a lo largo de su más de medio centenar de números no pertenecía a los viejos cuadros marxistas del comunismo cubano anterior a la revolución (el antiguo Partido Socialista Popular-PSP). Tanto la revista como quienes la hacían nacieron a la vida política con la misma revolución cubana. Hasta por edad —no sólo por ideología— pertenecían a una nueva generación del marxismo cubano.

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