Pensamiento Crítico

31 de liberación nacional y democráticos en el Tercer Mundo). A diferencia de esta doctrina oficial soviética que legitimaba la división del mundo en “esferas de influencia” 37 y que por lo tanto renunciaba a la lucha abierta por el poder —en aras del llamado “tránsito pacífico” al socialismo— en zonas occidentales bajo hegemonía norteamericana 38 , para Pensamiento Crítico la lucha antiimperialista y por la revolución mundial estaría conformada fundamentalmente por: (a) la revolución cubana, Corea y Vietnam en el campo del socialismo, (b) los destacamentos revolucionarios e insurgentes que emprendieron la lucha armada contra el imperialismo y el capitalismo en el Tercer Mundo, y por (c) la nueva izquierda (incluyendo dentro de la misma a los grupos estudiantiles de EEUU y Europa, a la oposición extraparlamentaria europea y a los grupos de lucha armada de la comunidad negra norteamericana) en el capitalismo desarrollado. Una nueva izquierda que, en tanto expresión de “las fuerzas nuevas de la revolución” (editorial del N° 17) y de “la voluntad de Revolución” (editorial del N° 25- 26), encontraría su sentido en el intento de superar el vacío dejado por “las estructuras tradicionales de la izquierda” (editorial del N° 17). Estructuras tradicionales de una izquierda que, “de tanto respetar las estructuras del sistema — económicas, sociales y políticas— se había convertido en un mecanismo más de éste, e incluso, en medida nada despreciable, en una de sus más importantes válvulas de seguridad” (editorial del N° 25-26). En definitiva, para Pensamiento Crítico el principal valor de la nueva izquierda de los países desarrollados reposaría en que a través de sus prácticas de oposición radical al sistema capitalista habría impulsado a desnudarse a la burguesía y a los reformistas, “obligados a reprimir y traicionar —a mostrarse— a la luz del día” (editorial del N° 25-26). Resulta claro que este tipo de alianzas potenciales a nivel estratégico mundial del cual la revista se hacía portavoz y difusora sistemática desde la revolución cubana no sólo ponía en cuestión a la previsible “izquierda tradicional” occidental (que pocos años después entraría en crisis con el eurocomunismo), sino que al mismo tiempo señalaba a escala internacional un eje alternativo tanto frente al bloque de la URSS, como frente a las posiciones de China (por entonces en plena disputa con el “revisionismo soviético”). La clausura de un debate y el cierre de una época Pensamiento Crítico dejó de publicarse en junio de 1971 (en ese mes salió el último número, el 53), año en que también se cierra el Departamento de Filosofía, y se dispersa todo el equipo intelectual que se había formado en su seno. ¿Qué sucedió? ¿Cómo explicar lo inexplicable? A inicios de los años ’70 se producen dos fenómenos históricos (uno interno, otro externo) convergentes: por un lado la derrota de la revolución latinoamericana en Venezuela, en Brasil, en Bolivia, etc. Por el otro, fracasa la zafra de azúcar proyectada en diez millones de toneladas (cifra esperada que representaba una producción económica tremendamente superior a la habitual —por entonces el azúcar era el principal producto cubano— y que no se alcanzó a producir). Como consecuencia de

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