Pensamiento Crítico
20 El carácter de la revolución En aquella caracterización editorial del N°16, a la hora de dar cuenta de esta segunda perspectiva dentro del marxismo latinoamericano, encontramos expresamente abordado el tercer problema que articuló a la revista. Según los editores, esta otra línea del marxismo latinoamericano apela al estudio de las formaciones sociales continentales persiguiendo un doble objetivo: (a) alcanzar una toma de conciencia y (b) formular una estrategia, dentro de la cual incluyen la oposición tajante al ejército profesional, el señalamiento de las insuficiencias del movimiento obrero “entendido en el sentido clásico del concepto” (una obvia referencia al carácter reformista del sindicalismo tradicional), la comprensión de la endeblez de las formas políticas latinoamericanas y la ubicación de “sectores explotados de nuestra población, ubicados geográficamente en lugares que posibilitan una acción militar más o menos prolongada”. En su conjunto, no resulta difícil identificar en este tipo de estrategia política para el continente latinoamericano que editorializa el N°16 las líneas generales promovidas por la revolución cubana y por los diversos destacamentos nacionales a ella vinculados de manera abierta, por lo menos, a partir de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad). El N°16 no fue el único número dedicado a discutir las características de las formaciones sociales latinoamericanas, sus clases, actores y sujetos sociales. También el N°24 abordó ese tema (Aníbal Quijano: “Los movimientos campesinos contemporáneos en América Latina”; Eric Hobsbawm: “Los campesinos, las migraciones y la política” y Antonio García: “Proceso y frustración de las reformas agrarias en América Latina”). Más adelante, el N°36 vuelve nuevamente a analizar la problemática del subdesarrollo latinoamericano. Allí se reproducen artículos que seguían cuestionando el desarrollismo etapista de los que creían que las tareas pendientes en nuestro continente consistían en una “modernización” impulsada por la burguesía (para enfrentar al “tradicionalismo” de las oligarquías) o en una “revolución democrático burguesa” (para superar el “feudalismo”). Los artículos incluidos en el N°36 fueron: de Raúl Olmedo: “Introducción a las teorías sobre el subdesarrollo”; de Mario Arrubla: “Esquema histórico de las formas de dependencia”; de Ramón de Armas: “La burguesía latinoamericana: Aspectos de su evolución”; de Julio César Neffa: “Subdesarrollo, tecnología e industrialización”; de Ernest Mandel: “La teoría marxiana de la acumulación primitiva y la industrialización del tercer mundo” y de Fidel Castro: “Hoy para el mundo subdesarrollado el socialismo es condición del desarrollo”. En cuanto a la estrategia política que la revista promovía, de acuerdo a los lineamientos de la OLAS, tampoco el 16 fue el único número que la discute de modo explícito. Mucho antes, ya la había analizado puntualmente el editorial del N°6. Presentando un número conmemorativo del asalto al cuartel Moncada, e inmediatamente posterior a la conferencia de OLAS, allí se planteaba que “La situación actual [julio de 1967] de América Latina es la de una crisis que sólo podrá resolverse por una revolución antiimperialista... una lucha que ha de ser forzosamente continental”. Vinculando el problema de la estrategia política para la revolución latinoamericana con la disputa frente a la izquierda tradicional (problemas
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