Pensamiento Crítico
19 teoría de la dependencia: “La burguesía latinoamericana —afirmaban— no ha realizado la acumulación capitalista. Su dependencia del capital extranjero es tal que las modernas y eficientes unidades industriales son, más que parte integrante de las economías de los países respectivos, prolongaciones de la metrópoli que succionan ilimitadamente los resultados de los esfuerzos del país receptor de capitales”. Al mismo tiempo, en ese mismo editorial, arremetían contra “los ideólogos tardíos de la burguesía latinoamericana”, dentro de los cuales incluían a los sociólogos y pensadores “repetidores, miméticos, seguidistas” que sólo se animan a apelar a los “modelos clásicos”, es decir, a los tipos ideales extraídos de la formación social europea, y aplicados mecánicamente a las sociedades latinoamericanas. Según esta editorial, estos pensadores “han sido como la caja de resonancia de la ideología metropolitana” y en tanto tales, se limitaban a “sostener la creencia en el progreso dentro de los marcos actuales”. Pero estos ideólogos burgueses, desarrollistas y modernizadores (cuyo máximo representante en Argentina era el sociólogo Gino Germani, quien aparece impugnado con nombre y apellido en el artículo de este N°16 de Loan Davies y S. De Miranda) no eran los únicos cuestionados por los jóvenes de Pensamiento Crítico . En esa misma editorial también se hace referencia al marxismo latinoamericano, en cuyo seno se diferencian dos tendencias. Una, la “oficial”, cuyo seguidismo a los esquemas lineales de signo eurocentrista ha transformado al marxismo en un “soporífero expresado en una serie de tesis estructuradas y acabadas”, y otra, que sería la opción propia que eligen los redactores. En ésta última incluyen como antecedente mediato la figura de Martí (sin ser “marxista”) y, más cerca en el tiempo, a Julio Antonio Mella y a José Carlos Mariátegui, para culminar con “el ejemplo práctico de la revolución cubana”. No casualmente, en su sección documental —sintomáticamente titulada “Independencia o muerte, libertad o muerte, patria o muerte”— este N°16 reproducía un artículo de Antonio Guiteras y el programa político de La Joven Cuba, agrupación que habría representado la continuidad entre el comunismo de Mella de los años ’20, el asalto de Fidel Castro y su movimiento al cuartel Moncada en 1953, y la perspectiva socialista de la revolución cubana de los años ’60. Esa misma hipótesis sobre Guiteras reaparece en el voluminoso N° 39 dedicado a la revolución del ’30 (compilado por Fernando Martínez Heredia) cuya editorial comienza así: “A veinticinco años de la muerte en combate de Antonio Guiteras y sesenta y cinco de la muerte en combate de José Martí la revolución en Cuba ha alcanzado un nivel de profundización socialista que asegura para siempre su liberación nacional [...]”. Se trataba de discutir un problema historiográfico desde una perspectiva política presente: “En un país verdaderamente liberado se exige, entre muchas cosas, liberar también la historia”. En esa editorial encontramos nuevamente la crítica implícita al etapismo: “La liberación nacional y la liberación social se condicionarán mutuamente: el antiimperialismo es el índice principal de la lucha”. Para describir tanto el camino de Mella como el de Guiteras, la editorial planteaba en ambos casos: “el camino de la Revolución: antiimperialismo intransigente, lucha armada, revolución por el socialismo”, para terminar dibujando una línea genealógica muy precisa: Martí-Mella- Martínez Villena-Guiteras- Fidel Castro.
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