Pensamiento Crítico

13 Meliujin), y también discursos del líder africano Amílcar Cabral y artículos de Albert Einstein, además de fragmentos de Marx, Engels y Lenin. La estructura general difería en gran medida de los manuales soviéticos y respondía a cuatro ítems: (I) El hombre, la naturaleza, la sociedad, (II) El materialismo histórico -donde se incluían materiales específicos sobre Cuba, América Latina y el Tercer Mundo (ausentes en los manuales soviéticos)-, (III) La teoría del reflejo -en el que se discutían las tesis de Pavlov- y (IV) La teoría del conocimiento -entre otros, se analizaban trabajos de Einstein-. Finalmente, historia de la filosofía. En la segunda edición, en dos tomos, se radicalizaba y se explicitaba aún más el planteo divergente con la doctrina del DIAMAT (sigla con que en la Unión Soviética se designaba a la filosofía marxista, entendida como un “materialismo dialéctico” —de ahí la expresión DIAMAT— en el cual la clave de bóveda pasaba por la naturaleza y sus leyes y no por la sociedad, la historia y la lucha de clases). Seguía estando al comienzo “Hombre, naturaleza y sociedad”, pero inmediatamente después se pasaba al primer plano del estudio histórico de la filosofía —que en la edición anterior aparecía recién tímidamente al final—. Se agregaba aquí el análisis de la filosofía en Cuba, un gesto ausente en el resto de las empresas pedagógicas: es decir, el intento de partir de la propia historia y de la propia experiencia del sujeto-lector para construir el conocimiento. Luego se pasaba al materialismo histórico, donde a los textos de A.Gramsci, P.Sweezy y L.Althusser se les agregaba ahora Maurice Godelier y Michael Löwy. Además se incluían provocativamente 260 páginas sobre los problemas de la revolución en los países subdesarrollados (con textos del Che Guevara, Bell Lara, A.Gunder Frank, J.P.Sartre, Hanza Alavi y Régis Debray, casi todos publicados en Pensamiento Crítico ) y de la transición al socialismo (con trabajos del mismo Che y varios cubanos). Estas largas 260 páginas terminaban sugestivamente con una serie de artículos del periódico Granma titulados “contra el burocratismo”. Algo más que una sugerencia política... Los dos tomos finalizaban pues con “El ejercicio de pensar” de Fernando Martínez, director de Pensamiento Crítico , con la polémica crítica de los manuales entre Aurelio Alonso —también de la revista— y Lionel Soto y finalmente, con un artículo de Hugo Azcuy 19 . Esta pedagogía del marxismo, desarrollada desde la historicidad y la crítica de toda sistematización metafísica, no pasó desapercibida para los partidarios de los clásicos manuales de la Academia de Ciencias de la URSS. Tuvo entonces lugar una polémica, desarrollada en la revista Teoria y Práctica 20 , sobre el uso o no de manuales en la enseñanza de la filosofía y del marxismo. Esta polémica constituye sin duda uno de los debates más importantes que se produjeron entre los revolucionarios a nivel mundial sobre la enseñanza de la filosofía en general, y del marxismo en particular (sus términos —creemos— siguen en la actualidad vigentes. Sobre todo cuando hoy, en las academias latinoamericanas, muchos profesores de filosofía caen seducidos ante la pedagogía ahistórica de la filosofía analítica anglosajona o del pensamiento posmoderno francés). Esa polémica sintetizaba y resumía la metodología implícita en que se apoyaban los manuales del DIAMAT. Por ejemplo Aurelio Alonso, luego de reconocer que “muchos de los que así pensamos nos iniciamos en el estudio del marxismo a través de manuales. Y esto nos sitúa quizás en las mejores condiciones para una actitud crítica, para comprender

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