Pensamiento Crítico
11 cubanas. Al terminar la escuela se realizó una selección entre los más de cien alumnos que la hicieron. Fueron seleccionados 21 para Filosofía y 16 para Economía. El primero de febrero de 1963 empezaron como instructores. Poco tiempo después, en 1964, Osvaldo Dorticós —por entonces presidente— visita el Departamento y realiza una conferencia sobre los problemas culturales y sobre las aspiraciones en la enseñanza. Una anécdota ilustra bien el “clima de época” en cuyo seno se formó esta camada de jóvenes profesores. Después de su exposición los jóvenes instructores le pidieron a Dorticós sugerencias y Dorticós les contestó: “Bueno, ¿qué deben hacer? Yo no lo sé. Yo sólo les digo que hay que quemar el océano. Ahora, cómo lo queman es un asunto de ustedes, lo tienen que descubrir ustedes”. Otra vez, en junio de 1966, Armando Hart Dávalos —el célebre ministro de la alfabetización y uno de los fundadores del Movimiento 26 de julio— dio una conferencia en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana. Allí planteó que: “En muchas ocasiones hemos elaborado programas y planes de estudio de una manera formal y muy limitada, porque el avance de la Revolución ha producido tan grandes transformaciones y perspectivas, que esas concepciones, reducidas y no concretadas a la realidad que se aplicaban en el pasado y que aún persisten, eran un fiel reflejo de los planes y programas de gabinete. Para determinar la proyección de las carreras y los programas propios del desarrollo de la Revolución no tenemos con quien hacerlo. Habrá que pensar en nosotros mismos, es decir, en ustedes, porque ustedes tendrán que resolver en el futuro el problema de la cultura y la orientación que ha de darse a los estudios que se imparten en la Facultad de Humanidades” 15 . De modo que la herejía contra los caminos trillados era una necesidad y un impulso de la propia dirección política de la revolución, no un invento artificial de tres o cuatro intelectuales aislados . El núcleo inicial del equipo se conforma entonces con jóvenes militantes políticos que a su vez eran universitarios. Ya desde esa primera formación encontramos elementos de diferenciación política, e incluso de distancia generacional frente a los instructores hispanosoviéticos 16 . De todos ellos, quien más cercanía y significación tuvo para el grupo fue Arana 17 . Junto al Departamento de Filosofía, la otra instancia convergente fue El Caimán Barbudo . Primero fue una página cultural de Juventud Rebelde . Luego surgió la posibilidad de que se hiciera un tabloide grande, un mensuario cultural. La idea de El Caimán Barbudo nació originariamente en las calles Prado y Teniente Rey, y se empezó a organizar con un grupo de jóvenes con un perfil artístico, e inclinados a la literatura, la poesía, la crítica literaria y también a la filosofía. Estaban entre ellos Jesús Díaz (su director), Ricardo Jorge Machado, Víctor Casaus, Guillermo Rodríguez Rivera, Helio Orovio y algunos más. Fernando Martínez Heredia fue uno de los cofundadores, aunque no formaba parte del staff . El Caimán Barbudo nació entonces como mensuario dentro de Juventud Rebelde en febrero de 1966. En forma paralela al Departamento de Filosofía y a El Caimán Barbudo , debe atenderse a la génesis del Instituto del Libro. Rolando Rodríguez y Fernando Martínez Heredia (director y vicedirector —respectivamente— del Departamento de Filosofía desde los meses finales de 1965) fueron nombrados director y vicedirector de
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