Pensamiento Crítico

10 La formación de un equipo intelectual y el Departamento de Filosofía Durante los años ’80 se puso de moda en la academia argentina y en otras academias latinoamericanas recurrir a la terminología del joven Pierre Bourdieu (principalmente la noción de “campo”, contrapartida en su obra de la noción de “habitus”) para explicar la génesis, desarrollo y consolidación de los grupos intelectuales. Manipulando a piacere aquellos textos de Bourdieu, algunos intelectuales ex marxistas (autodenominados en forma presuntuosa “postmarxistas”) legitimaban de este modo su aggiornamiento y su ingreso en la socialdemocracia. “El gran error de los años ‘60” —arriesgaban en sus papers académicos— “fue no respetar la profesionalidad de los campos intelectuales. La política todo lo invadió”. Así, separando tajantemente al “campo” intelectual del “campo” político fundamentaban su conversión en burócratas profesionales y tecnócratas académicos. Haciendo hoy un balance de esa metodología de estudio de historia de la cultura (que el último Bourdieu superó cuestionando duramente al “homo academicus”, y reclamando una politización de los intelectuales) creemos que la misma no nos sirve para entender la revolución cubana en general, y el surgimiento de Pensamiento Crítico en particular. Porque su plantel intelectual emerge, precisamente, del propio campo político . La política, (sobre todo la revolucionaria) no es algo “externo” a la cultura, como postularon estos ex marxistas que manipulaban malintencionadamente las categorías de Bourdieu. Es parte de la misma cultura. Dos instancias fundamentales convergieron entonces para ir formando “espontáneamente” el equipo editor de la revista: la fundación del Departamento de Filosofía de la calle K N° 507 (dependiente de la Universidad de La Habana) y el surgimiento de la página cultural El Caimán Barbudo . Ambos procesos fueron un resultado político de la revolución cubana. Los jóvenes miembros del Departamento de Filosofía surgieron de un curso que se dio desde inicios de septiembre de 1962 al 31 de enero de 1963. Durante cinco meses completos estuvieron poco más de 100 personas como alumnos, a tiempo completo y durmiendo en la escuela, saliendo unas 30 horas los fines de semana, cursando una escuela interna de tipo acelerado orientada a formar instructores docentes de filosofía y de economía política marxista para la universidad. Se hizo en La Habana. La mayoría eran alumnos procedentes de años superiores de carreras universitarias. El curso enseñaba el pensamiento de Marx, Engels, Lenin y también otras materias auxiliares. Las asignaturas eran Materialismo Dialéctico e Histórico, Historia de la filosofía, Historia universal, Historia de Cuba, Economía política del capitalismo, y Colonialismo y subdesarrollo. Los profesores eran tres hispanosoviéticos: Luis Arana Larrea, quien a su vez había sido designado jefe del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana; Anastasio Mansilla quien era el profesor de Economía política, y María Cristina Miranda, que explicaba Historia Universal. Los demás eran cubanos. El curso era consecuencia de la ley de reforma universitaria, que se había puesto en vigor en enero de 1962, y mediante la cual se instituían las asignaturas de Filosofía Marxista (Materialismo Dialéctico e Histórico) y Economía Política, obligatorias para los alumnos de todas las carreras de las Universidades

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