Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

97 Munro, bajo uno de los nuevos rostros de la “diplomacia del dólar”, trabajaran junto al Equitable Trust Company en un empréstito con- trolado para Bolivia, durante 1921 y 1922 (Rosenberg, 1999: 111). Una vez iniciadas las negociaciones para el empréstito Nicolaus, el cumplimiento de uno de los requisitos básicos para su colocación derivó en la creación de una Comisión Fiscal Permanente (CFP) mediante Ley del 27 de marzo de 1922. La misión de la CFP fue “supervigilar la per- cepción de los impuestos fiscales de carácter nacional y departamental, y revisar la contabilidad de las oficinas, contratos y negociaciones del Esta- do”. Dicha comisión estuvo integrada por tres miembros, dos de los cuales eran designados por los banqueros y el restante por parte de Bolivia. Como una clara muestra de la estrecha coordinación entre los banqueros y el Departamento de Estado, el mismo 27 de marzo, mediante una nota, el bufete de abogados Curtis, Mallet- Prevost & Colt, consultó al Secretario de Estado, Charles Evans Hughes, si se aprobaba la operación que sus clientes -Stifel- Nicolaus Investment Company, de San Luis, Spencer Trask & Co. y The Equitable Trust Company, de Nueva York- presentaron al Gobierno boliviano, con- sistente en un empréstito de conversión por un monto de $us. 33 millones, destinado a pagos, conversión de deudas, servicios y cons- trucción de diversas obras de vialidad y líneas de ferrocarril. En respuesta, el 11 de abril, el Secretario de Estado, mediante nota, informó que no veía objeciones a la transacción, añadiendo al respec- to que las ofertas de préstamos en el extranjero “no deben implicar que dependen de la opinión del Departamento de Estado, ni deben los contratos o propuestas referirse a la actitud de este Gobierno”. El empréstito generó una amplia oposición, tal como lo refie- re el Ministro Plenipotenciario de EEUU en Bolivia, Jesse Cottrell, mediante un telegrama del 2 de abril en el que comentó a Hughes acerca de la agitación política en Bolivia, asegurando que “la nueva ley que permitirá el préstamo [...] enfrenta una larga y áspera bata- lla en la Cámara de Diputados [...]”. Básicamente, las condiciones impuestas para la colocación del crédito y la creencia de que los propios banqueros eran quienes redactaron el proyecto de ley fueron los elementos más criticados de esta operación.

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