Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia
81 menzado. Y entre sus principales protagonistas se encontraban las grandes compañías petrolíferas”. Este proceso de expansión dio lugar a que los gobiernos re- publicanos de Warren Harding (1921-1923), Calvin Coolidge (1923-1929) y Herbert Hoover (1929-1933) tuvieran una visión actualizada de la “diplomacia del dólar” consistente en la pro- moción, bajo su garantía, de empréstitos (créditos controlados) y en el envío de expertos financieros con la finalidad de expandir el capital y seguir estabilizando las precarias economías latinoame- ricanas. A partir de esta nueva noción, estos gobiernos aparente- mente pretendieron modular el intervencionismo estadouniden- se; no obstante, la intervención en sí continuó por otros medios. En cuanto al ámbito petrolero, la Primera Guerra Mundial dejó establecido que el control de los yacimientos petrolíferos era esencial para todas las potencias, al constituirse en sinónimo de poder e influencia. De esta manera, las sucesivas administracio- nes republicanas apoyaron a las corporaciones estadounidenses para que ingresaran en los territorios coloniales de los grandes países europeos, especialmente en Irak. En abril de 1920, Francia y Gran Bretaña firmaron el Acuer- do de San Remo, que definió la división del petróleo a encontrar- se en Mesopotamia (actual Irak). EEUU interpretó que con este acuerdo se le habían cerrado las posibilidades de trabajar en una de las zonas más ricas en petróleo del mundo. En este contexto, el Departamento de Estado manifestó su protesta argumentando el interés estadounidense en Irak, en términos de interés nacional. A su vez, no podía argumentar que solo las empresas estadouni- denses sean admitidas para explotar en la zona. Por ello, el De- partamento adoptó la política de las “puertas abiertas”, sabiendo que las únicas compañías con la capacidad de tomar ventaja de esta política serían, precisamente, las estadounidenses. EEUU instó a que todas las áreas del mundo, para su desarrollo, estén abiertas a las empresas de todos los países. De esta forma, se gestó una alianza entre el Gobierno y las compañías petroleras, como la Standard Oil Co. de Nueva Jersey y la California Standard Oil
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