Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia
41 Argentina y Piñera en Chile, así lo ejemplifican. La estrategia que persigue el lucro también explica por qué to- dos los centros políticos del gran capital convergen, a nivel político, en la urgencia de revertir todas las experiencias de izquierda y pro- gresistas en América Latina y el Caribe. Estos gobiernos, a pesar de que en su mayoría no hicieron transformaciones estructurales de carácter anticapitalista cometieron un pecado para la lógica neoliberal imperante: aplicaron sus políticas sociales de amplio be- neficio popular desde el Estado, y redistribuyeron a los más pobres recursos que antes capitalizaban las élites burguesas y oligárquicas aliadas al gran capital. En el plano ideológico, el logro del objetivo político mencionado va asociado a una guerra cultura orientada a destruir las identida- des nacionales. Para ello, los medios de comunicación, las iglesias evangélicas bajo control directo o indirecto de intereses imperiales y las empresas detentoras de las nuevas tecnologías de la comunica- ción, conjugaron recursos, esfuerzos e inteligencia para confundir y desmovilizar políticamente a importantes sectores sociales, todo ello para facilitar la aprobación, por ejemplo, de las reglas que fle- xibilicen las condiciones laborales a favor de las empresas y otras bondades requeridas por el capital. Para estos propósitos, el gran capital ha demostrado márgenes de eficacia incuestionables cuyo fin último es ideológico: consolidar un sistema de creencias colectiva sobre la supuesta inviabilidad de las revoluciones populares y del socialismo, e incluso, de las tenta- tivas de aplicar políticas de justicia sociales desde el Estado, aun dentro de un horizonte reformista no anti-capitalista. Comprender con visión sistémica este modus operandi del capita- lismo transnacional es una exigencia política urgente para el cam- po de izquierda y progresista, sobre todo en América Latina y el Caribe, como región que los Estados Unidos siguen concibiendo como su patio trasero. Estamos retados, además, a construir una visión objetiva e integral, que permita orientar los pasos para apro- vechar las contradicciones intrínsecas de las políticas restauradoras en curso. Con una perspectiva dialéctica, es vital examinar, bajo el
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