Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia
248 expresaba su preocupación por la agitación social en Bolivia, a raíz de la resistencia a la construcción de tres cuarteles en el Chapare. Si bien el discurso oficial de EEUU en relación a la lucha con- tra las drogas siempre estuvo arraigado en determinados cálculos y presunciones morales bastante discutibles -basadas en la dudosa premisa de que la erradicación de la coca en los países productores (andinos) significaría la reducción del consumo de cocaína en los países consumidores (cosa que nunca sucedió)- lo cierto es que esta estrategia tuvo, esencialmente, una función de interferencia y regu- lación de la política local. Mediante las exigencias y presiones para el cumplimiento de las metas en las políticas antinarcóticos, EEUU dispuso de una herramienta sumamente eficaz para atemorizar y doblegar a su gusto a los sucesivos gobiernos bolivianos, a través de tres amenazas: el condicionamiento de la cooperación, el retiro de visas de ingreso a EEUU y el veto a determinadas candidaturas. Ésta -que fue la finalidad última de la intromisión norteamericana en ma- teria de coca y cocaína- se retrata a continuación, a través de varios ejemplos extraídos del recuento hemerográfico de este volumen: – 15 de mayo de 1985: EEUU aprueba una ley para condicionar a Bolivia. El Senado de EEUU aprueba una Enmienda a la Ley de Ayuda Exterior de 1986 que suspenderá la ayuda a Bolivia si el país no logra reducir la producción de coca en un 10% anual.
– 21 de febrero de 1989: Se denuncia que los partidos políticos entregan sus listas de candidatos a la DEA: En el marco del proceso electoral que se llevó a cabo en mayo de 1989, se denuncia que algu- nos partidos políticos entregan sus listas de candidatos a la DEA (con el objetivo de que éstas sean revisadas y “aprobadas”).
– 15 de marzo de 1990: La DEA reconoce que ejerció presión para la destitución de autoridades bolivianas. El Jefe de la DEA, Charles Gutensoh, en un informe a CNN, admite que, efectivamente, se ejer- ció presión sobre el Gobierno de Bolivia, mediante el embajador Ro- bert Gelbard, para destituir a Felipe Carvajal Badani, Comandante de la Policía; Faustino Rico Toro, responsable del Comando Antidrogas; y a Guillermo Capobianco, Ministro del Interior.
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