Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

224 Asuntos de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, al Presidente Richard Nixon, se informa sobre el levantamiento popular, califi- cando al nuevo régimen como, posiblemente, “ultra-nacionalista, izquierdista, y anti-estadounidense”. En su afán de evitar nuevas posturas nacionalistas, EEUU empieza a delinear una política de relacionamiento con el Gral. Torres. En un memorándum, enviado por Viron P. Vaky, del Es- tado Mayor del Consejo de Seguridad Nacional, al Asistente del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional, Henry Kissin- ger, Vaky informa que la CIA sugiere: “(...) hagamos un rápido acercamiento al [Presidente de facto] General [Juan José] Torres para hacerle saber que nosotros no somos automáticamente su enemigo. Sabemos que tiene sus problemas pero si se comporta relativamente razonable podríamos establecer un modus vivendi sensato. El propósito de esto sería darle una alternativa novedosa a la radicalización”. Vaky termina indicando que con la intención de tener un acer- camiento con el Presidente, “(...) podríamos señalar este enfoque en una de dos maneras: un reconocimiento muy pronto (o anun- cio de “continuas relaciones”) o un contacto rápido y privado”, expresando su acuerdo en este último enfoque”. El 15 de marzo de 1971 otro documento desclasificado (memo- rándum) enviado por Ashley C. Hewitt del Estado Mayor del Con- sejo de Seguridad Nacional de EEUU, al Asistente del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, indica que según la Embajada de EEUU en Bolivia no existe una alternativa viable a Torres por lo que la diplomacia norteamericana lo respalda con la esperanza de que el Gobierno se modere. El memorándum continúa señalando que el análisis tiende a apoyar la posición de la Embajada, advirtiendo que una posible alternativa en torno al ex- presidente Víctor Paz Estenssoro es poco probable por las disensio- nes internas y el rechazo del Ejército al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), considerando que tampoco es posible una alternativa moderada dentro del Ejército. El memorándum finaliza asegurando que “las posiciones de la CIA y la Embajada no son

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=