Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

160 ii) 15 de junio de 1939: Memorándum de conversación entre el Subsecretario de Estado, Sumner Welles y el Ministro Guachalla. Welles le pidió: “(...) hacer todo lo posible por evitar la creación de un fuerte prejuicio por parte de la opinión pública en este país [EEUU] contra Bolivia, debido a causa del aparente deseo del Gobierno de Bolivia de confiscar propiedades que pertenecen legítimamente a ciudadanos de EEUU sin pagar una total y justa compensación por ellas. Dije que ambos coincidíamos en que una situación de este tipo podría socavar la confianza en los Estados Unidos con respecto a Bolivia, lo que impediría la cooperación americana y la inversión en el desarrollo de los recursos naturales de Bolivia, en los cuales el Gobierno de Bolivia estaba muy interesado”. iii) 27 de septiembre de 1939: Telegrama enviado por el em- bajador de EEUU en Bolivia, Dawson, a Cordell Hull, en el que informa sobre la situación económica del país: “Mientras que el actual régimen [refiriéndose al gobierno de Carlos Quintanilla] está más amigablemente dispuesto que su predecesor, sólo sería buena gracia para que tome medidas activas hacia la solución de ciertos proble- mas pendientes antes de pedir ayuda”. iv) 30 de septiembre de 1939: Telegrama enviado por Cordell Hull a Sumner Welles, indicándole que un posible préstamo a Bolivia generaría protestas, tanto por la prensa como por el Con- greso, por el diferendo irresuelto con la Standard Oil Co. Hull recordó a Welles los testimonios vertidos en julio pasado por los presidentes del Eximbank y de la Corporación de Reconstrucción Financiera (RFC), Warren L. Pierson y Jesse H. Jones, respecti- vamente, en sentido de que no iban a hacer préstamos a “un país que está confiscando nuestra propiedad”, refiriéndose a Bolivia. v) 6 de enero de 1941: Despacho enviado por el embajador de EEUU en Bolivia, Douglas A. Jenkins, a Cordell Hull, en el que al referirse al informe sobre las posibilidades de construcción ( financiación) del ferrocarril Vila Vila-Santa Cruz concluyó: “Sigo siendo de la opinión de que no se deben realizar préstamos a este país hasta que el asunto de la Standard Oil se haya ajustado de manera satisfactoria”.

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