Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

145 por el de defensa continental (Dallanegra, 1994: 58). En este desarrollo será la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente, desa- rrollada en Río de Janeiro en 1947, el espacio donde se firme el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR); que a nombre de la solidaridad americana representó el primer acuer- do de seguridad del periodo de la Guerra Fría. El siguiente paso, decisivo y final en la implementación de un organismo militar permanente en el Hemisferio Occidental, se dio en la IX Conferencia Panamericana celebrada en Bogotá en 1948, con la aprobación de la Carta de la Organización de los Es- tados Americanos (OEA). Entre las principales determinaciones de aquella Carta, tomando como base las numerosas resolucio- nes aprobadas, se entendió la Seguridad Colectiva como “toda agresión de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad del territorio o contra la soberanía o la independencia política de un Estado americano, será considerada como un acto de agresión contra los demás Estados americanos”. En este contexto, una cuestión también importante fue la in- corporación del principio de no intervención en el sentido de que “ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior exclu- ye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen”. La constitución de la OEA, como organismo militar perma- nente, fue el corolario de todo un conjunto de acciones y tácticas que el gobierno estadounidense desarrolló, en su relación con los Estados latinoamericanos, para alcanzar su primordial objetivo: fundar un sistema de defensa. Otros hechos importantes que denotan la intervención ejerci- da por EEUU en América Latina se refieren a la firma del Tra- tado Hull-Trujillo, en 1940, por el Secretario de Estado, Cordell

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