Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia
127 pezaba a delinear la creación de un organismo internacional que fuera capaz de asegurar la paz internacional. De esta forma, con el antecedente de la Declaración de Palacio de St. James, empezó a sentar las bases de la futura organización con la firma de una declaración conjunta, en agosto de 1941, con el primer ministro inglés, Winston Churchill, conocida como la “Carta del Atlántico”. Esta Carta contempló ocho principios encaminados al manteni- miento de la paz y la seguridad internacional, los cuales sirvieron de base para la Declaración de las Naciones Unidas. Ya en estado de guerra, precisamente el siguiente paso fue la firma de aquella Declaración, en enero de 1942, por Roosevelt, Churchill y los embajadores de la Unión Soviética y de China, Maxim Litvinov y T. V. Soong, respectivamente. A partir de este documento estos cuatro líderes, junto a otros Estados, se compro- metieron a emplear todos sus recursos contra las potencias del Eje, a cooperar a los signatarios de la Declaración y a no firmar armis- ticio o tratado de paz por separado. Para 1943, la Segunda Guerra Mundial empezaba a inclinarse, en todos sus frentes, a favor de los aliados. En el frente del Pacífico, en enero de aquel año EEUU lograba una decisiva victoria frente al Japón en la Batalla de Guadalcanal, arrebatándole a partir de entonces definitivamente la ofensiva a la Armada Imperial. Por su parte, en el frente del Este, en febrero, el Ejército alemán sufría duras derrotas en la Batalla de Stalingrado y, entre julio y agosto en Kursk ante la Unión Soviética que, desde entonces, tomaría la iniciativa en una ofensiva que no cesó hasta la finalización del conflicto en 1945. Finalmente, en el frente africano, en mayo, el África Korps se rindió a los aliados y en Europa continental, entre julio y agosto, estadounidenses y británicos tomaron la isla de Si- cilia, pasando después al sur de Italia para finalmente conseguir la capitulación en septiembre. En este contexto altamente favorable para los aliados, que pre- sagiaba una victoria, Roosevelt centró su atención y esfuerzos en delinear las bases políticas y económicas del Nuevo Orden Mun- dial, bajo la dirección de EEUU. Así, con el propósito de seguir
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