Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

111 rencia a la protección de los inversores directos en detrimento de los banqueros, quebrándose la alianza que existía entre estos dos grupos. La prolongada ocupación estadounidense no logró estabilizar po- lítica ni financieramente los países de la región, agravándose la situa- ción de estos por el crack del 29. En este contexto, EEUU recurrió nuevamente a las intervenciones militares en Nicaragua (1926-1929) y en Cuba (1933 y 1934) con la conocida excusa de precautelar los derechos de ciudadanos y las propiedades de empresas estadouni- denses. Al igual que años precedentes, el gobierno de EEUU, además de la fuerza militar, acudió a otras tácticas de intervención como las reclamaciones diplomáticas, alen- tado golpes de Estado, apoyando sectores pro-estadounidenses, promoviendo la ascensión de “hom- bre fuertes” (dictadores) para que pudieran preservar la estabilidad en un contexto de crisis económica y mediante la constitución de cuerpos militares (Guardias Nacionales) afines orientados a preser- var el orden una vez retirado el Ejército estadounidense. En el caso de Nicaragua, el estallido de una guerra civil, en 1926, entre liberales y conservadores, denominada “Guerra Constitucio- nalista”, derivó en una nueva intervención militar de EEUU. En mayo de ese año, a propuesta del Cnel. Henry L. Stimson, ambos bandos firmaron el Pacto del Espino Negro permitiendo que el Pre- sidente Adolfo Díaz Recinos concluyera con su mandato, que con- taba con el beneplácito de EEUU y tenía vínculos con empresas mineras estadounidenses asentadas en Nicaragua. Del mismo modo, el pacto posibilitó el establecimiento de una Guardia Nacional bajo la dirección e instrucción de EEUU, cuya fi- nalidad fue mantener el orden una vez que los marines se retiraran. De manera diferida, EEUU mantenía su presencia en este país. Sin embargo, producto de estos acuerdos un nuevo conflicto se desataría cuando el guerrillero Augusto César Sandino decidió no aceptar el acuerdo y continuar con la lucha armada, enfrentándose a la Guardia Nacional. Esta situación justificó una nueva intervención que prácti- camente dio inicio a la Guerra de Liberación Nacional (1927-1933), en la que Sandino rechazó la intervención estadounidense y buscó terminar con la actitud entreguista de las elites locales dominantes.

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