Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia
102 mente dos 9 meses después de que los banqueros Stifel-Nicolaus otorgaran un empréstito a Bolivia. Unmes después, el 16 demarzo se conoció que el senador Hiram Johnson pronunció un discurso en el Senado afirmando que el empréstito boliviano de 1922 se hizo a fin de “apoyar a un régimen de Gobierno (el de Bautista Saavedra) bamboleante y vacilante”. 10 Se puede vislumbrar la relación que existió entre la otorgación del emprés- tito controlado Nicolaus, que al estar destinado a estabilizar financiera y políticamente al Gobierno boliviano allanó el terreno para la incursión de los capitales provenientes de la Standard Oil Co. A raíz de las investigaciones, Ferdinand Pecora, encargado de las sesiones, “sacó a la luz las malas prácticas y los fraudes de los bancos más importantes, incluidos emolumentos escandalosos, evasión de im- puestos, bonos secretos, préstamos poco éticos, etcétera. [Charles E.] Mitchell, uno de los hombres más poderosos del país, se vio obligado a renunciar a su cargo de presidente del National City Bank, aunque antes logró que lo absolvieran de la acusación de fraude de 850 mi- llones de dólares de impuestos y evitó una sentencia que podría haber llegado a diez años de cárcel” (Stone y Kuznick, 2015: 107). En suma, el ejemplo presentado en este acápite es sólo una mues- tra de cuál era el modus operandi de la injerencia estadounidense en el país a principios del siglo XX. No obstante, en el contenido de este volumen se abunda en el desarrollo de otras vertientes del intervencionismo estadounidense. Además, en los anexos se incluye también un índice onomástico en el que figuran los protagonistas fundamentales (tanto nacionales como extranjeros) de esta trama intervencionista, así como un índice de los intereses empresariales e institucionales de EEUU en Bolivia. Este último constituye una suerte de “mapa” sumamente ilustrativo de los intereses económicos foráneos que estaban en juego en Bolivia en el periodo 1900-1925. 9 Para mayor precisión las concesiones a la Standard Oil Co. (25 de julio de 1922) se realizaron cerca dos meses después de la firma del empréstito Nicolaus (31 de mayo de 1922).
10 Esta información se encuentra publicada en las ediciones de “El Diario” del 6 de enero de 1932 y “La Razón” del 11 y 16 de enero, y 16 de marzo de 1932.
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