Un siglo de intervención de EEUU en Bolivia

100 de la Ley de autorización del 24 de mayo de 1922, redactada en base a lo transmitido por los abogados de los banqueros. En ese sentido, Saa- vedra aseguró que “los banqueros han actuado en contra del texto de ley que ellos mismos pidieron”, sentenciando que la firma de los bonos dependería del compromiso de los banqueros a modificar el contrato. Los banqueros respondieron a Saavedra, por intermedio del De- partamento de Estado el 25 de abril, rechazando la modificación del contrato, indicando que su gobierno tenía cabal conocimiento de las condiciones de la operación y sentenciando que Bolivia debía “escoger entre vivir con el contrato o recusarlo. Casi no hace falta mencionar los resultados de una eventual recusación”. A pesar de los alegatos, el Gobierno boliviano aceptó firmar los bonos definitivos del empréstito Nicolaus sin modificaciones, con- cretándose de esta forma, en favor de la Comisión Fiscal Perma- nente, la tuición de fiscalizar la recaudación de un amplio grupo de impuestos y logrando los banqueros estadounidenses mayor control sobre la deuda externa boliviana. Así como esta operación generó un amplio rechazo en la sociedad boliviana por las condiciones en las que fue contratado el empréstito controlado, la participación del Departamento de Estado en alianza con los banqueros estadounidenses también llamó la atención del Senado de EEUU. Esta situación se ve reflejada en una publicación del periódico La Reforma, del 28 de marzo de 1925, que hace referencia a publicaciones de la prensa estadounidense realizadas el 25 y 26 de febrero de ese año. En dichos diarios se informó que el Senado discutió un proyecto del senador Ladd para prohibir al Gobierno de EEUU dar protección a ciertos empréstitos estadounidenses. A su vez, el senador Lewis S. Gan- nett presentó al Comité de Relaciones Exteriores de aquella Cámara el cargo de que el “Departamento de Estado se ha comprometido a la completa ejecución de los empréstitos privados de los banqueros nortea- mericanos a las repúblicas sudamericanas”. Al respecto, Gannet afirmó que la aprobación de estos empréstitos por el Departamento de Estado significaba “el empleo de las tropas de infantería de marina para prote- ger los arreglos financieros de los negocios norteamericanos”.

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