El Vuelo del Fénix
93 Miguel Ángel Contreras Natera referente a la defensa y el avance de ciertos intereses particulares, ade- cuadamente unidos para cimentar el interés general indica, pues, la principal tarea que hay que abordar” (Harvey, 2007:92). La tarea cen- tral es de usar la teoría crítica como una potencia desestabilizadora para coadyuvar la emergencia crítica de los movimientos sociales y populares. Mediar críticamente entre la decadencia capitalista del Oc- cidente contemporáneo y la posibilidad de una política radicalmente otra que pertenezca al reino de lo aún impensado. La des-occidentalización como tarea fundamental de la des-colo- nización política, cultural, teórica y epistemológica aparece en el ho- rizonte de lo no-pensado. El mundo que compartimos no se encuentra tras de nosotros, como un sólido e indiscutible fundamento para la construcción de un consenso, sino que se encuentra frente a nosotros, como una meta arriesgada, disputada e indeterminada, aún muy le- jos en el futuro. “En la hora de la mundialización imperial, la guerra parece a punto de una nueva transformación, de guerra total a guerra global” (Bensaid, 2009:108). Es sobre este punto, precisamente con re- lación a la intensidad de las luchas por el uso del común y lo comunal, que se definen las propuestas de nuevos preceptos constitucionales, de nuevos derechos y de una nueva legalidad. “La crisis inminente no fundamenta únicamente la previsión histórica, sino que se traduce en una síntesis práctico-política” (Negri, 2001:15). En palabras de Marx, el espacio de realización política de las ideas emancipadoras sigue siendo el espacio mundial. Aunque sin duda el proceso de mundialización en curso es con- tradictorio y paradójico en tanto la integración global no conduce a la unificación de los principios de legalidad constituyentes. Por el con- trario, supone la profundización de los fenómenos de diferenciación y desintegración que el cosmopolitismo ilustrado en cuanto cosmopo- litismo colonial impuso mediante los procesos de conquista, coloni- zación y expansión capitalista. En este caso, Karl Marx, al revelar la historicidad del conjunto de disposiciones sociales que solidifican el mundo de vida desmitifica las naturalizaciones construidas a su alre- dedor. En tanto logra presentar el resultado como formando parte de un proceso social de transformación que es susceptible de ser trans- formado históricamente en su lógica constitutiva. Solo cuestionando la lógica de clasificación y jerarquización impuesta por el logos co- lonial-moderno podemos avanzar en la construcción de un proyecto común. De allí, la necesidad de una cosmopolítica que no se enmarque en el dualismo naturaleza/cultura euroccidental sino que se desplace hacia una alter modernidad. En el sentido, de no convertirse en un retorno nostálgico, contem- plativo y fetiche de la naturaleza, sino más bien como una crítica cen-
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