El Vuelo del Fénix

85 Miguel Ángel Contreras Natera con toda su complejidad en donde este último tiene la capacidad de sintetizar creativamente mediante el trabajo la producción de rique- za material. Esto quiere decir que el metabolismo social destruye el orden natural para la construcción de un orden humano mediante la transformación progresiva del mundo. El tránsito de un orden natural a un orden humano durante larguísimos periodos de tiempo implica un aumento de la entropía en tanto fortalece como segunda natura- leza las formas convencionales de la vida humana. Esto siguiendo a György Lukács supone tomar lo natural como punto de partida para comprender el desplazamiento del concepto de historia natural al de segunda naturaleza. El marco de ese concepto de segunda naturaleza es éste: en el terreno histórico-filosófico, una de las ideas generales de Lukács es la de mun- do pleno de sentido y mundo vacío de sentido (mundo inmediato y mundo enajenado, de la mercancía), y trata de representar ese mundo enajenado. A ese mundo, como mundo de las cosas creadas por los hombres y pérdidas para ellos, lo llama mundo de la convención (cita- do en Adorno, 1991:118-119). En términos de György Lukács, debemos entender la reificación como una perspectiva petrificada que designa un proceso de enajenación y extrañamiento del sujeto social que tiene como resultado la crista- lización de formas alienadas de la existencia humana. Inclusive, el tratamiento instrumental de la naturaleza vulnera las condiciones de posibilidad de nuestras prácticas sociales en tanto la reificación tiene simultáneamente una dimensión social y física. Confrontar las consecuencias teórico-prácticas de la constelación del capital en su horizonte de destrucción pasa por extremar la solución teórico-prác- tica a la que nos enfrentamos. Siguiendo la mirada contrafáctica de Theodor Adorno a las posturas heideggerianas sobre el Ser, “ver como historia todo lo natural y como naturaleza todo lo histórico” (Aguile- ra, 1991:35). Inscribiendo críticamente, en la luz resplandeciente de este mundo oscuro, en las admonitorias palabras de Günther Anders, “llamamos desnivel prometeico al hecho de la a-sincronía del hombre con su mundo de productos, de esa separación que crece día a día” (Anders, 2011:31). Y esto resulta de un desacople creciente entre la di- námica económica capitalista respecto a los límites naturales y socia- les de la actividad humana que se expresa con la intensificación de la entropía ecología, social y cultural en el sistema histórico capitalista. Un crecimiento de la entropía en sus distintas manifestaciones es la transformación inevitable de materia y energía en el doble proceso de la evolución natural y social. En la actualidad el proceso de pro- ducción y reproducción capitalista es al mismo tiempo un proceso de

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