El Vuelo del Fénix
81 Miguel Ángel Contreras Natera El debate sobre como reconciliar estos dos aspectos (ideológico-filo- sófico o científico) apuntan a negar el carácter dialéctico en el sentido preciso de Hegel del desarrollo teórico de Marx. La cuestión entre estas lecturas sintomáticas es que establecen disyunciones excluyentes en los abordajes teóricos sobre El Capital que precisan una lectura contrafáctica que apunte a la recuperación contemporánea de la teo- ría de la reificación en sus dos manifestaciones centrales: sus efectos sobre la naturaleza y el trabajo. En este último caso, es necesario re- tomar la idea de ciencia que inaugura Marx desligándola de las posi- ciones esencialistas y vincularla con los propósitos de la crítica en sus nuevas orientaciones contemporáneas en cuanto desmontaje del edi- ficio civilizacional construido por el capitalismo histórico, para situar en un nuevo horizonte transformativo los asertos marxianos respecto a las forma que adquiere la reificación del trabajo y la naturaleza . Esto último exige que las formas de reificación no se refieran exclusiva- mente al mundo social del trabajo, sino que también, debe incluir al mundo físico en cuanto el tratamiento instrumental de la naturaleza, quebranta las condiciones de posibilidad de nuestras prácticas socia- les. El concepto de reificación permite elaborar una crítica sistemá- tica a la totalidad histórica que conforma el capitalismo como modo de producción. Antes al contrario, en Karl Marx, el desarrollo de las fuerzas productivas humanas contiene como dimensión creativa el desarrollo de la riqueza de la naturaleza como autofinalidad contrario a las concepciones abstractas de inspiración cartesiana que sirven de suplemento a la racionalidad tecno-instrumental. De modo tópico, la mercancía es un objeto externo al hombre que por sus propiedades satisface necesidades humanas (de subsisten- cia o de gozo) de cualquier tipo. Ninguna mirada tan rigurosa como la de Karl Marx, para comprender la obviedad inscrita en el análisis de la mercancía, para internarse en la dialéctica inescrutable de la economía política burguesa que encierra como un secreto las formas fetiches de las mercancías. De su análisis resulta que es necesario eli- minar los velos misteriosos, pletóricos de sutilezas metafísicas y teoló- gicas que impiden una mirada simultáneamente filosófica, científica y crítica. “En la metamorfosis de las mercancías los poseedores de ellas cambian de superficie, tanto como la mercancía de lugar, y el dinero de forma” (Marx, 2008:101). Siguiendo sus observaciones analíticas, como valores de uso, las mercancías son sobre todo de calidad diferen- te, como valores de cambio sólo pueden ser de cantidad diferente, esto es, no contienen ni un átomo de valor de uso […] si se prescinde del va- lor de uso de los cuerpos de las mercancías, no les queda todavía más que una propiedad, la de ser productos del trabajo [….] Si hacemos
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