El Vuelo del Fénix

71 Miguel Ángel Contreras Natera apuntan a la destructividad de la reproducción de la vida. En esta dirección, tratar de comprender la acción reificadora del capitalis- mo histórico pasa por recuperar la crítica que se delinea en El capital como una deconstrucción de la ideología de mercado 6 . La generaliza- ción del intercambio de mercancías (en su forma capitalista) se inviste de una naturalización que subsume la existencia humana bajo el prin- cipio de la mercantilización del mundo que gobierna las cosificadas relaciones en el capitalismo. La consolidación del mercado mundial con el doble proceso de mercantilización del mundo y universalización de los principios de proletarización en el sistema histórico capitalista es una manera de constatar en su facticidad histórica del diagnóstico que hiciera tem- pranamente Karl Marx. Y para ello, es necesario, observar la acción objetivadora del metabolismo trabajo-naturaleza como una relación social dinámica en la transformación de materia y energía. A fin de cuentas, pensar la naturaleza y el trabajo en su obra para confrontar en la contemporaneidad la profunda crisis 7 social, cultural y ecoló- gica que se manifiesta en toda su crudeza en el sistema histórico ca- pitalista. Pero, antes es necesario, situar la reflexión de la profunda impronta de Marx en el contexto de las dinámicas actuales del capi- talismo histórico en su cíclico acontecer. Y sobre todo, explorar las efectuaciones culturales de las ideas de Marx en el campo de trans- formaciones económicas, políticas y sociales que se abren a finales del siglo XX. 6 Como lo ha reconstruido Karl Polanyi, el liberalismo económico fue el principio organizador de una sociedad basada en el sistema de mercado que convirtió sus principios de autorregulación en una fe de salvación secular de la sociedad moderna. La mitificación de los principios de precios coincidió con la gran transformación de la economía a mediados del siglo XIX. Para él, “la economía de mercado implica un sistema autorregulado; en términos ligeramente más técnicos, es una economía dirigida por los precios del mercado y nada más. Tal sistema, capaz de organizar la vida económica sin ayuda o interferencia externa, merecería sin duda el calificativo de autorregulado” (Polanyi, 2003:91). 7 El concepto de crisis lo utilizamos en su doble acepción: por un lado, como el agotamiento del ciclo económico-político fordista-keynesiano que permitió la emer- gencia de las formas de desregulación neoliberales, y por el otro, como un debilita- miento de las relaciones sociales que organizan a la sociedad capitalista como un modo de producción. El entrelazamiento de una crisis de las formas de regulación con una crisis estructural del sistema histórico capitalista se ha convertido en uno de los debates más acuciantes del marxismo crítico que tiene en las obras de Gio- vanni Arrighi (1999), Peter Gowan (2000), Leo Panicht y Sam Gindin (2015), Samir Amin (2001), Dave Harvey (2007), Robert Brenner (2009), Elmar Altvater (2011a), Andre Gunder-Frank (2008) e Immanuel Wallerstein (1996) entre sus más destaca- dos teóricos.

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