El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 68 lanza de las revoluciones de 1848 4 . Para György Lukács, siguiendo a Marx, las experiencias democráticas cotidianas de base 5 constituyen una profunda crítica contra la cosificación del mundo en tanto “la idea unificadora, en las aspiraciones de los demócratas revoluciona- rios radicales y del socialismo, es un nuevo concepto de democracia” (Lukács, 2003:30). Sobre todo, frente a las formas burocráticas que uniformizan, mecanizan y cosifican la existencia humana en la civi- lización del capital. “El proyecto socialista, como Marx lo concebía, contemplaba el redimensionamiento cualitativo de esa estructura an- tagonística de las mediaciones reales a la que Hegel, en sintonía con su punto de vista social y a pesar de su grandeza como pensador, tenía que envolver en una niebla mística” (Mészáros, 2001:37). De allí, la interrogante material sobre la posibilidad de la revolución que trans- versaliza las preocupaciones vitales del movimiento obrero se centran en la pregunta de Federico Engels ¿Qué hacer con los desocupados? De nuevo, la cuestión del método, es central en la crítica a la filo- sofía y en la crítica a la economía política, la necesidad de establecer diferencias, diferimientos y oposiciones en el proceso de pensamiento donde “lo ideal no es más que lo material transferido y traducido en el cerebro humano” (Marx, 2000:29) es una de las tareas en el debate político-espiritual de la Europa decimonónica. Todos los argumentos contra la dinámica del metabolismo naturaleza-trabajo en su incesan- te transformación “no vienen, como dice Marx, de los libros a la vida, sino de la vida a los libros” (Lukács, 2003:29). En definitiva, su obra se confronta radicalmente contra la cosificación y museificación del pensamiento subrayando su capacidad activa en la producción mate- rial del mundo. El materialismo de Marx es esencialmente teleológi- co, aunque no en su sentido lato, sino cuando distinguimos la praxis orientada por objetivos prefijados de la regularidad mecánica de la ma- teria en movimiento. Principalmente, en cuanto actividad humana productora del mundo “el trabajo es el fuego vivo, formador, escribió Marx, la transi- toriedad de las cosas, su temporalidad, así como su modelación por el 4 “A los obreros no les quedaba otra opción que morirse de hambre o lanzarse a la lucha. Y contestaron el 22 de junio con aquella tremenda insurrección que consti- tuye la primera gran batalla librada entre las dos clases en que se divide la sociedad moderna. Era una lucha en la que se ventilaba el mantenimiento o la destrucción del orden burgués. El velo que envolvía a la República quedaba desgarrado” (Marx y Engels, 2006:549). 5 “Es comprensible que la ideología antidemocrática de la desigualdad vea en la biología a su ciencia fundamental. Porque solo a través de la justificación de una desigualdad biológicamente insuperable entre los hombres puede esa ideología man- tener la apariencia de una fundamentación intelectual” (Lukács,2003:35).

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