El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 58 desestructuración de las opresivas, que nos despojan y nos explotan y que en medio de una gran torpeza no quieren ver ni aceptar que están destruyendo con la vida, su propia vida y la de sus estirpes. Hoy no se puede hablar o pensar en la lucha de clases sin la es- tructuración cada vez más efectiva de colectividades y colectivos entre los pueblos y entre los trabajadores, así como en las vinculaciones de unos y otros. Hoy, la mejor forma de continuar los análisis e investigaciones de Marx buscando ser coherentes con su teoría y método, con sus lu- chas y militancia, es necesario repetirnos una y otra vez que él dedicó su obra magna a la crítica de la economía política porque esa era la ciencia más avanzada del momento y que hoy debemos aplicarla a las ciencias de la complejidad y de la comunicación –de ambas– con que el poder y la economía dominan. En la investigación de los problemas humanos, y en el análisis de un sistema cuyo modo principal de explotación y dominación era en tiempos de Marx el capitalismo industrial, y porque profundizar en las relaciones de dominación y explotación de hoy podemos en- frentar otro problema que Marx priorizó y que es actual; el del mejor camino para preservar la vida en la tierra y para hacer de ella una vida humana. En la crítica al socialismo utópico Marx destacó que la clase obrera, –que no había sido aún tan diferenciada y deslocalizada como hoy–, la clase trabajadora, era la fuerza revolucionaria que per- mitiría construir ese otro mundo posible al que las utopías no sabían cómo llegar, o qué fuerza lo iba a impulsar. Pero si la clase obrera pudo parecer entonces la fuerza emancipadora principal en el crecien- te modo de producción del capitalismo industrial, hoy, si no hubiera sido desestructurada de mil maneras, sí puede y va a desempeñar su papel liberador, en medio de sus diferencias reales y formales inter- nas, formando un todo revolucionario en que se la cual estructure a los pueblos y sus colectividades, y, más concretamente participe –con sus mineros más aguerridos y conscientes– en la organización de los colectivos de trabajadores y de pueblos. Pensar y luchar para que los colectivos de unos y otros se articu- len y estructuren cada vez más, y, que en todo lo que puedan, deses- tructuren a los órganos formales e informales, políticos y criminales de las corporaciones y complejos de un capitalismo en “crisis de las soluciones a la crisis”, que se encuentra en una situación terminal, amenazadora de su propia vida y de la vida en el planeta, hecho am- pliamente comprobado, lo que hace del socialismo como democracia, tolerancia, respeto a las diferencias de religión, raza, sexo, edad, incli- nación sexual, un “atractor” o “causa eficiente” del sistema alternativo que plantea la necesidad de un diálogo-debate, y de un proceso de
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