El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 54 ciar las que la fuerzas dominantes emplean en su contra para seguir –como enfermos– acumulando y acumulando… Todos estos y muchos hechos más revelan la evolución dialéctica del conocimiento creador y crítico en la historia actual y las categorías, conceptos y modelos tecno-científicos que emplean las fuerzas dominantes en una nueva crisis que quieren resolver como las anteriores usando las técnicas y tecnociencias más avanzadas para sus más eficientes fines de domina- ción, depredación y explotación de la humanidad y de la tierra. Pero no sólo tenemos que analizar cómo ha evolucionado el siste- ma sino cómo es hoy en las distintas regiones del mundo y en la región del mundo en que vivimos y luchamos. La lectura de El Capital y otras obras de Marx nos lleva también a concretar la situación en que vivimos profundizando más y más en las ciencias y técnicas que el capitalismo emplea para su dominación y acumulación, y que están relacionadas con las formaciones, estruc- turaciones, y organizaciones con que el capital cuenta para enfrentar sus crisis, mientras al mismo tiempo emplea políticas de gran alcance con las que busca des-estructurar, en todo lo que puede, a las fuerzas emancipadoras, empleando para eso efectos buscados y no buscados, abiertos y encubiertos, legales e ilegales, reales y virtuales, y también nuevos artificios de simulación, distracción y engaño, que combina con envenenamientos y violencias que tradicionalmente atribuye a los movimientos emancipadores. La búsqueda de lo concreto os convoca también a considerar lo que en la práctica secular de nuestros pueblos y trabajadores condujo a su emancipación. También nos obliga a profundizar de una manera prioritaria en las políticas de des-estructuración y reestructuración con que buscan dividirnos y debilitarnos. Algo no menos importante son las relaciones, formaciones y or- ganizaciones que de la lucha derivan en una dialéctica que entre in- teracciones, echa abajo muchas expectativas que predominaron en la teoría lineal de la emancipación, que en esos tiempos pensaba en tér- minos de etapas progresivas cada vez más cercanas a las metas busca- das, lo que resultó falso, tanto en el pensamiento socialista como en el que dominó la teoría en boga de una creciente civilización y progreso que incluyó a las regiones coloniales o dependientes, a las que calificó de subdesarrolladas y cuya miseria y violencia crecieron, lo que ahora sus ideólogos y líderes se explican por las diferencias biológicas de los seres humanos y pueblos “inferiores”, ni inteligentes, ni eficientes, ni morales al defender sus intereses y su poderío. El análisis de lo concreto –reclamado por el propio Marx– nos revela que en los hechos se alteraron las tendencias y expectativas del futuro esperado, con resultados y fracasos colosales que no se habían
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