El Vuelo del Fénix

441 Néstor Kohan revolucionaria, sobre todo Ernesto que venía con estas lecturas pre- vias de la casa de Deodoro, muy probablemente él les haya dado para leer a Mariátegui. En la película ponen que le dio el libro; yo creo que no hay pruebas, pero uno puede sospechar que, para cualquier per- sona común, haber sido delegado de Mariátegui, en la primera con- ferencia continental de los comunistas, además que no la convocaba ningún gobierno, no era institucional, era una conferencia clandes- tina de militantes revolucionarios. A Hugo Pesce le debe haber dado mucho orgullo que lo hayan elegido como delegado a esa conferen- cia, que debía tener todo el clima y todo el sabor, la seducción de la clandestinidad. Y más una persona como Mariátegui, que no era ningún burócrata mediocre y gris, era un tipo brillante. Entonces, a través de Hugo Pesce, no es difícil imaginar que el joven Guevara se nutrió también de la escritura de José Carlos Mariátegui. Ya tienes dos fuentes que ninguna de las dos proviene del marxismo europeo. Uno es Deodoro Roca, que hace toda esta síntesis del marxismo en clave culturalista, anti-imperialista, de la reforma universitaria de Córdoba, donde Rubén Darío y su Oda a Roosevelt, que desafía al imperialismo en clave cultural; José Enrique Rodó, que escribe el Ariel, también profundamente anti-imperialista, defendiendo por oposición contra la civilización del dólar, mediocre, rescatando la ju- ventud latinoamericana. Entonces, tanto ese Deodoro Roca que cru- za el anti-imperialismo cultural del modernismo, esa corriente que se estudia como puramente literaria cuando en realidad era política y cultural, profundamente anti-imperialista; muchas veces se le ha criticado por su aristocratismo, porque en su poesía se hablaba de los cisnes y del parnaso griego... pero en realidad era su manera de criticar el predominio mercantil que estaban imponiendo los nortea- mericanos en todo el continente. Entonces, a través de ello, le llega al joven Guevara el marxismo con anti-imperialismo cultural; donde la cultura latinoamericana es el gran escudo contra la dominación imperialista, y que lo vamos a encontrar en la obra madura del Che. Por otro lado, a través de Hugo Pesce, el pensamiento radical y he- terodoxo de Jose Carlos Mariátegui. Todo esto antes de conocer a Fidel Castro. Después viaja a Bolivia, donde ve una experiencia de revolución desde abajo, hecha por los mineros y los campesinos, donde por se- gunda vez, después de la revolución mexicana se logra derrocar y destruir al ejército burgués, que no es un tema menor en las revo- luciones. La primera vez que le pudimos ganar al ejército burgués fue en México con Villa y Zapata. La segunda vez fue en Bolivia, y el joven Guevara vio esa revolución, pero que es cooptada por la burguesía del Movimiento Nacionalista Revolucionario, el MNR, y

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