El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 424 Marx–, y niegan la posibilidad de pensar el capitalismo como proceso de totalización. ¿Cómo pensar desde la categoría de la totalidad? ¿Es válido pensar desde la totalidad? NK: Las corrientes post-modernas han insistido durante un cuarto de siglo, para utilizar una expresión de Toni Negri en un carta a Félix Guattari, si no recuerdo mal dice que: “la totalidad es siempre la del enemigo”; hablar de totalidad siempre es caer en las redes del enemi- go. Algunos otros han dicho, haciendo un jueguito de palabras muy tramposo, totalidad siempre implica totalitarismo; ¡no!, no significan lo mismo, totalidad y totalitarismo ¿quién dijo que son homologables? El totalitarismo puede implicar una dominación, el intento de domi- nación de la totalidad de la vida humana, pero no toda concepción de la totalidad tiene que ser totalitaria. Ese jueguito de palabras, aparen- temente tan ingenuo, ha tenido un papel a partir de 1979 en adelante, cuando Lyotard escribe sobre la post-modidad, diciendo que entraron en crisis todas de las grandes narrativas. Las grandes narrativas de la historia son las que presuponen la categoría de totalidad, eso entro en crisis, Lyotard, 1979. De allí en adelante, al menos en el campo de la filosofía, se ha insistido en esa tesis que no comparto. Renunciar a la categoría de totalidad es renunciar a la posibilidad de criticar al siste- ma capitalista, y es conformarse con las pequeñas parcelas, las peque- ñas conquistas, las pequeñas reformas. Que son un consuelo; frente a los duelos no está mal el consuelo, pero implica aceptar la impotencia como el único horizonte posible. El rechazo de la noción de totalidad es político, no es académi- co, ni epistemológico, ¡es político!, tiene una fecha a nivel de consa- gración en los estudios filosóficos en 1979 con Lyotard, pero también tiene una fecha de nacimiento, que es anterior. Su nacimiento es en mayo de 1968, cuando la gran rebelión juvenil. Se tomó como símbolo la del mayo francés, cuando hubo en ese momento otros movimientos mucho más radicales, como el movimiento alemán, que fue mucho más duro y mucho más radical. No es casual que a los líderes del mayo francés no les pasó nada, hoy día son diputados tímidos del Partido Verde, mientras que a los líderes de ese movimiento estudian- til alemán les pegaron un tiro en la cabeza, como a Rudolf Dutschke, o, la suicidaron, como Ulrike Meinhof. En ese movimiento del Mayo del 68, que se tomó como símbolo de rebeldía, no se pudo tomar el poder, el movimiento popular, juvenil, rebelde, no logró derrocar el capitalismo. Entonces los “filósofos”, en el peor sentido de la palabra, sacaron como falsa conclusión de que era imposible ir por el cambio total del sistema, había que conformarse con las pequeñas reformas. Hicieron de necesidad, virtud; de lo que hay, pegaron el salto inválido
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