El Vuelo del Fénix

39 Pablo González Casanova entre otros, Paulo Freire como pedagogo, Fidel Castro, el sub-coman- dante Marcos, hoy Galeano, y el comandante Hugo Chávez entre los latinoamericanos. Hoy, en todo caso, una buena lectura del conocimiento crítico y del mundo consiste en vincular lo que se sabe por la escuela y la profesión con lo que se aprende de los trabajadores y los pueblos y, en ambos puntos de partida, hacerlo de una manera crítica de quien busca saber más y, sobre todo, más precisa y profundamente, a fin de enriquecer los conocimientos adquiridos con los que se adquieren en la práctica y la lucha. Tarea como ésta es tan necesaria como la de traducir sin traicionar el sentido profundo de la obra para conocer y actuar. El ineludible esfuerzo de transmitir a las masas, la esencia de lo que son los conocimientos científicos, en unos casos se logra haciendo una selección de aquellos textos de la obra que son más significativos para la acción colectiva, uniendo lo que las masas han vivido y sufri- do, con lo que deben observar y pensar, más de lo que creen. En todos esos casos el diálogo pedagógico colectivo dentro de una comunidad, o red de comunidades, obliga a los que conocen un tema o terreno a aclarar su comprensión del mismo como lectores y como actores. El problema se resuelve en un camino que va igualando unos co- nocimientos con otros, en el que los obstáculos que se encuentren tiendan a desaparecer tanto en el terreno de la especialización como en el de la cultura general. Igualar con la vida el conocimiento de quienes luchan por un mundo mejor es esencial para acercarse a la realidad que se vive y a la emancipación por la que se lucha. El doble proceso de que quien sabe aprende y de que quien en- señe aprenda se define como la práctica generalizada de una junta de culturas que busca un creciente rigor y una mayor fuerza para la cons- trucción y creación de la ciencia crítica de colectivos y colectividades. El conocimiento de la ciencia crítica con la mayor profundidad posible ha de ser objetivo creciente de todos, y parte significativa de una cultura general, enriquecida y precisada con la propia. Tal es el objetivo a buscar –entre otros– en El Capital , la obra clásica del cono- cimiento crítico, cuyo contenido general en varios tomos, no impide hacer una síntesis de los mismos y dar al primero de ellos la atención del descubrimiento teórico principal que Marx hizo al des-cubrir, en su crítica de la economía política de la corriente principal de su tiem- po, las relaciones de explotación que sufren, quienes son considerados por los apologistas del sistema y por connotados científicos del mis- mo, como “trabajadores libres”. Esa gran mentira la vivían en la teoría y en la práctica y la viven miles de millones de trabajadores y pueblos oprimidos, despojados y explotados.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=