El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 38 La creación de alternativas se parece, tanto a los bosquejos que el artista va diseñando en un acercamiento a su obra principal, como a las prácticas de los matemáticos que formalizan un modelo o esce- nario tras otro, hasta que encuentran el más idóneo para entender o lograr sus objetivos. Un problema más que se plantea a los lectores de esta obra es el del ir y venir del conocimiento del autor al del lector y el de éste a aquél. En las construcciones y creaciones de la ciencia crítica, al saber y acción de sus militantes se añade cada vez más no sólo el conoci- miento teórico y práctico de los expertos, sino el saber, saber hacer, y saber ser de las masas. Con ésta observación intento expresar el paso necesario que va de la lectura de la obra a la lectura del mundo, un paso que es y será indispensable dar, con otros que le sigan para juntar la relación del autor con la del lector y la de éste con la de aquél y con el mundo en que actúa. La cultura histórica, moral y combativa de las masas significa tanto como la forma en que los líderes la enriquecen con su cultura y decisión vital haciendo por su parte suyo el conocimiento y com- batividad de las masas y sus líderes. A la clásica vinculación del líder intelectual y las masas se añade, por otra parte, una nueva modalidad, por la que no sólo se les muestra a éstas lo que los líderes no saben, sino la necesidad de recurrir a los expertos y especialistas en determi- nadas áreas de las ciencias naturales, de las ciencias de la vida y de las ciencias humanas, y la de consultar a los especialistas, para lograr un conocimiento eficaz en problemas concretos. Al leer esta obra es necesario recordar siempre, que no es una obra de economía política sino de crítica científica al capitalismo, y a los especialistas al servicio del sistema, que encubren las relaciones de explotación que se esconden bajo el salario. Algo diferente a la necesidad de recurrir a los expertos para resol- ver problemas de su especialidad ocurre cuando se advierte también la necesidad de recurrir al saber de los pueblos y a quienes dominan los conocimientos escolarizados o la crítica a los mismos. El conocimiento científico y crítico implica deshacerse de las cul- turas autoritarias, tanto para escuchar y entender lo que los pueblos y trabajadores saben como lo que entienden y hacen cuando leen una obra o escuchan a quienes se refieren a la misma. En ese sentido para una buena lectura de El Capital se requiere vincular el saber de quie- nes han seguido estudios profesionales o universitarios, con el cono- cimiento que es necesario transmitir con fidelidad y claridad a “los pobres de la tierra”, ávidos de conocer. Para alcanzar ese objetivo es fundamental estudiar la pedagogía de la liberación, en que destacan,
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