El Vuelo del Fénix

37 Pablo González Casanova Al usar las expresiones anteriores parece necesario aclarar en- fáticamente, que tanto el sistema como las estructuras a que Marx se refiere y a las que nos referimos aquí, corresponden a un sistema hecho de estructuras de relaciones humanas a la vez subjetivas, ins- trumentales y contradictorias. Es decir no nos referimos a relaciones entre cosas o entre conceptos, sino a relaciones entre clases de seres humanos en que unos están en una clase y tienen objetivos o intereses afines de los que están concientes o de los que carecen de conciencia, no obstante los embates que hacen sufrir a la clase que dominan... Esa contradicción no es la única, pero es indudable que es la principal para comprender el estado y la evolución del sistema, y la más signifi- cativa, entre otras luchas que la concretan. Algo más a aclarar en este punto es que al definir al marxismo como ciencia crítica, por un lado sostenemos que es una ciencia críti- ca del capitalismo, y de las corrientes científicas funcionales al capita- lismo, las cuales –entre contradicciones– contribuyen a la dominación y/o a la justificación del sistema, mediante aportaciones que no siem- pre utilizan las “ciencias aplicadas” pero que pueden eventualmen- te usar, y que, en muchos casos, contribuyen al diseño de políticas funcionales al sistema, o a la mediatización, enajenación, represión y despojo, que sus beneficiarios realizan y que esas ciencias simplemen- te callan o acallan, ya sea en formas serenas y no polémicas, propias de investigadores respetables, o bien con toda suerte de apologías al sistema y de diatribas y acometidas que los expertos y publicistas del sistema lanzan contra los insumisos. Por su parte, las ciencias críticas, en sus versiones más rigu- rosas y profundas, son autocríticas de los planteamientos que di- ciéndose marxistas muestran incomprensiones del marxismo como “ciencia”, cuando en realidad se trata de otra ciencia, “muy otra”, cuyas diferencias esenciales de lo que se entiende por ciencia en la “corriente principal dominante”, corresponde a las relaciones fun- cionales de aquella y a las relaciones dialécticas e históricas en que éstas se encuentran insertas, y contra las que se enfrentan implícita o abiertamente. Ahora lo que queremos destacar es que aciertos y errores en la propia ciencia crítica no sólo se dan y reconocen con la práctica del conocimiento sino con la práctica de las luchas entre clases, estructu- ras, formaciones y organizaciones de seres humanos comprometidos con el proyecto emancipador. La corrección de los errores que se cometen en la estructuración, organización y experiencia de las propias fuerzas insumisas no sólo ocurre en el observatorio, en el laboratorio o en el aula, sino en las luchas para la creación y construcción de alternativas.

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