El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 36 y cálculos matemáticos, las expresan sin haberlas necesariamente comprobado. Por lo demás en el uso común del término “teoría”, ésta se percibe como “mera teoría”, y como tal se le descalifica y desatien- de. Que eso no sea así, siempre requiere aclaraciones o conocimien- tos de especialistas que permitan superar las dudas y comprender o actuar en consecuencia. Al referirnos a la obra de Marx como “ciencia crítica” y sostener que tiene como su clásico El Capital buscamos afirmar que El Capital destaca en la explicación rigurosa de las causas de lo que ocurre en el sistema capitalista que hoy domina casi la totalidad del mundo. Ade- más, El Capital no es la única de las aportaciones de Marx, que da una explicación científica y crítica de las causas determinantes de los fe- nómenos de opresión y acumulación que caracterizan al capitalismo a lo largo de su historia. Hay muchas más que le suceden y preceden, y cuyo carácter crítico y científico es indudable. Marx integra a sus contribuciones lo que se llamaba en la filoso- fía clásica la “causa eficiente”, que hoy se identifica con el “atractor principal” de un sistema, y que en este caso, la que mueve al capita- lismo, como “atractor principal” es la acumulación de poder, riquezas y utilidades. Una investigación científica y crítica de las ciencias de la com- plejidad nos permitiría modelar, formalizar y escenificar, real o vir- tualmente, lo que hoy es el capitalismo, y lo que las ciencias de la corriente dominante ocultan, y es que con las relaciones económicas del sistema se dan las relaciones de dominación y despojo, caracterís- ticas del sistema. Si los objetivos científicos y críticos de Marx se centraron en las causas que la ciencia económica de su tiempo encubría, hoy la crítica de las ciencias de la complejidad y de las ciencias de la organización nos ayuda a comprender lo que a lo largo de la historia del capitalismo sub- siste y lo que cambia, o todo lo que cambia para que el sistema subsista. En cualquier caso, a través del propio cambio histórico de las ciencias no podemos menos que reconocer, tanto lo nuevo en el siste- ma como la ley o la esencia del sistema, que opera entre variaciones que se dan sin que cambie el atractor que lo caracteriza, y que tam- bién caracteriza a las organizaciones empresariales y estatales, objeto actual de nuestro conocimiento científico y crítico. Esa es la mejor demostración –entre otras de parecido alcance–, tanto del carácter histórico del capitalismo como de la ciencia crítica que en nuestro tiempo contribuye a conocerlo y a enfrentarlo a la vez en sus nuevas categorías conceptuales que lo que encubren, y también en sus categorías reales, que la ciencia crítica descubre en las estruc- turaciones, desestructuraciones y reestructuraciones del sistema.

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