El Vuelo del Fénix
367 Marta Harnecker sarrollo ecológicamente sostenible, que satisfaga de forma equitativa las verdaderas necesidades de la población y no las necesidades arti- ficiales creadas por el capitalismo en su loca carrera por obtener más ganancias. Una sociedad en la que quien decida qué, cuánto y cómo producir sea el pueblo organizado. 29. Como veremos más adelante, muchas de estas ideas recupe- ran el pensamiento original de Marx, sintéticamente expresado en al- gunas líneas de El capital y expandido en obras posteriores. 30. Pero el líder venezolano no era un iluso – como algunos po- drían pensar – , sabía que para materializar ese proyecto de sociedad tendría que enfrentar a fuerzas enormemente poderosas. Pero ser re- alista no significó para él caer en la visión conservadora de la política concebida como el arte de lo posible. Para Chávez el arte de la política era hacer posible lo imposible, no por simple voluntarismo sino por- que, partiendo de la realidad existente había que empeñarse en crear las condiciones para que ésta cambiara. El entendió muy bien que para hacer posible en el futuro lo que en ese momento aparecía como imposible, era necesario cambiar la correlación de fuerzas tanto en el plano interno de su país como en el terreno internacional. Y durante todo su gobierno trabajó en forma magistral para lograrlo, entendien- do que para construir fuerza política no bastan los acuerdos de cúpula sino que lo principal es construir fuerza social. 31. Vislumbró muy bien que una sociedad alternativa al capita- lismo implicaba, al mismo tiempo, una globalización alternativa a la globalización neoliberal. Nunca pretendió intentar construir el socia- lismo en un solo país. Tuvo completa lucidez de que esto no era posi- ble y por eso es que se preocupó con tanto ahínco en crear una corre- lación de fuerzas a nivel de la región y a nivel mundial que facilitara su construcción. Una transición a partir de la conquista del gobierno Países avanzados 32. La interpretación más difundida del marxismo antes de la revolu- ción rusa sostenía que el socialismo debía empezar en los países más avanzados, donde el propio capitalismo había creado las condiciones materiales y culturales para ello, como lo planteaba el propio Marx en El capital : concentración cada vez mayor del capital en pocas ma- nos que contrasta con una cada vez mayor “socialización del trabajo”, gran desarrollo de las fuerzas productivas, “aplicación tecnológica consciente de la ciencia, explotación colectiva planificada de la tierra”, “entrelazamiento de todos los pueblos en la red del mercado mun- dial, y con ello el carácter internacional del régimen capitalista”, “una
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