El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 358 si se trata de un Dios falso o no, es el criterio del sacrificio humano. Cualquier dios, que exige sacrificios de la vida humana, es un dios falso. Resulta entonces la siguiente imaginación: Dios está tomado preso por su propia creación y sigue preso. Sin embargo, hay un problema sicológico: Dios implica la posibilidad que las imaginaciones transcendentales del tipo del comunismo, del reino de Dios o del reino mesiánico, que no pueden ser realizados por la acción humana, que es necesariamente instrumental, y nunca pueden ser sino orientaciones para acciones, que en última instancia se hacen posibles, si dios recupera su poder perdido y resulta posible una nueva creación. Kermani se refiere a eso con una reflexión sumamente interesante: Hiob (6,14) llama al Dgios, que él considera responsable de la injusti- cia que ha sufrido, que le amarra el pie en un bloque (13,27) y que se comporta como un déspota El schadday . Donde en la biblia hebrea se insinúa la omnipotencia de dios, ella normalmente no se une con la bondad (así también en Isaías 16,6; en Joel 1,15; en Ruth 1,20). Dios no puede dejar empezar así no más el reino del amor ; la imposición de su dominio depende de que los seres humanos lo quieran, como eso expresa la palabra judía de los 36 justos, a los cuales dios tiene que esperar. La buena creación llega hasta el punto, hasta que dios la creó; pero en mu- chos lugares y siempre de nuevo viene el desorden natural como existía antes de la creación. ‘Al comienzo dios creó el cielo y la tierra y la tierra era caos y confusión’(Génesis 1.1). La palabra hebrea para ‘caos y con- fusión’ es Tohuwabohou y significa entre otros lo inhóspito del desierto. Los exégetas hablaban del caos como un estado, en el cual ocurrió la creación por Dios. Como en esta visión de Dios la creación todavía no ha terminado no sorprende el caos o la maldad, sino más bien la inter- vención de Dios, de la cual depende lo bueno (Kermani, 2005: 124) . Reflexión final Las conclusiones, que Marx saca de su crítica de la religión, presupo- nen que la imaginación del comunismo que tiene Marx es algo que se puede realizar con la acción práctica humana. De eso sigue la muerte de la religión como consecuencia de la realización del comunismo. Sin embargo, si la imaginación del comunismo resulta no realizable, en- tonces cambian las conclusiones, que se derivan de la crítica marxiana de la religión. Por eso no se trata de una refutación de esta crítica de la religión, sino un cambio del juicio sobre la realidad, que está implicado. Podríamos tomar otro ejemplo. Supongamos que el reino de Dios, que el cristianismo espera, fuera humanamente realizable. Entonces, como consecuencia, el dios cristiano, que hace presente este reino de Dios, sería también superfluo. La fe en este Dios entonces podría mo- rir. Sin embargo, si partimos de la imposibilidad de realizar este reino de Dios como meta, entonces sigue vigente de que hay dioses falsos
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