El Vuelo del Fénix

347 Franz Hinkelammert mencionada, según la cual ‘el ser humano es el ser supremo para el ser humano’. Eso vale más allá de cualquier religión y más allá de la religión misma. En seguida se ve la cercanía que esta universalidad de las exi- gencias tiene con aquello, que en la Edad Media se llamaba el dere- cho natural aristotélico-tomista. Pero este derecho natural no tenía el mismo grado de universalidad, que hemos desarrollado aquí, sobre la base del pensamiento de Marx y que hoy es la base misma de la libertad humana. Hoy da lugar a un amplio humanismo de la pra- xis, que es universal. La debilidad principal de este derecho natural aristotélico-tomista es, que no transforma estos derechos en derechos humanos de la propia gente afectada, sino los considera una exigencia moral frente a las autoridades, que no puede ser reivindicado por esta gente derrotando estas propias autoridades. El desarrollo libre de todos En el manifiesto comunista Marx introduce un concepto, que une en una síntesis los hasta ahora mencionados conceptos centrales de Marx –las imaginaciones universalistas según las cuales el ser huma- no es el ser supremo para el ser humano, como también la exigencia según la cual el ser humano no es para el mercado, sino el mercado para el ser humano–. Dice: Y a la vieja sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, sustituirá una asociación en que el libre desarrollo de cada uno es la condición del libre desarrollo de todos (Marx y Engels 1985). Esta asociación, en la cual el desarrollo libre es la condición del desa- rrollo libre de todos y de cada uno, presupone la validez de los concep- tos universales mencionados y los implica. Por eso no se puede dejar de lado simplemente los correspondientes enunciados de Marx del año 1844 como enunciados del joven Marx, que todavía no es “mar- xista”, como lo hace Althusser. Se trata del mismo Althusser, que pos- teriormente deja de lado toda teoría marxiana del fetichismo decla- rándola una simple ideología y que a la vez sostiene que: el marxismo no es un humanismo. Por eso insistimos, que el pensamiento de Marx constituye un nuevo humanismo de la praxis. El asesinato del hermano como asesinato fundante El lado humanista de toda la argumentación aparece entonces en Marx en un lugar muy destacado. Se trata del final de su primera edi- ción del libro El Capital , que se editó la primera vez en 1867. Tiene en ese tiempo un solo tomo. Posteriormente y después de la muerte de Marx, Friedrich Engels compone dos tomos más a partir de ma-

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