El Vuelo del Fénix

Introducción 31 tórico no “se cae sin lanzar un disparo” como se suele decir con poca precisión argumentativa, la facticidad del hecho, decimos, significó un duro golpe en la imaginación utópica de los procesos sociales que pugnaban por la transformación de sus condiciones de dominación y explotación. Sin embargo, no implicó un cese de la conflictividad inherente al sistema, mucho menos de las diputas de los pueblos por su emancipación. Ello quedó claro al instalarse las luchas contra el neoliberalismo y la agenda de negociaciones de sus instituciones im- pulsoras que, en el caso de América Latina y el Caribe, culminó con la constitución de distintos gobiernos anti-neoliberales y, en varios casos, con un fuerte núcleo anti-capitalista. No es el momento de re- visar estas luchas recientes y las construcciones de su historia. Pero la historicidad de la dinámica política de la región, diferenciada nota- blemente de la de Oriente Medio, hace patente otra singularidad de la conflictividad social que necesariamente encontramos en el seno del capitalismo como parte de la robustez de su complejidad. Lo cierto es que, lejos de los ideales de la segunda post-guerra, las perturbaciones del sistema capitalistas le son inherentes como distintas formas de conflicto social donde los sujetos reproducen las estructuras de dominación/explotación de la propia dinámica del ca- pital. De allí la relevancia del marxismo como filosofía de nuestra época –de acuerdo la formulación de Sartre–, o más precisamente la impronta de El Capital para sumir el desafío que supone la cons- trucción de un mundo más justo para todos y todas. Las luchas por la emancipación de los pueblos y sus distintas formas de manifesta- ción dentro del metabolismo social que se reproduce bajo los límites dados por la relación capital, encuentran en El Capital en particular, pero en le corpus del marxismo crítico en general, una explicación comprometida con la misma superación de las condiciones de do- minación impuestas, pues el sujeto de la misma son los pueblos que luchan por algún tipo de liberación. La huella de Das Kapital no pue- de ser borrada en las disputas del mundo contemporáneo, un mundo donde los procesos de emancipación tendrán que enfrentarse con profundos y cada vez mayores conflictos en las pugnas del sistema por sostener su dominio metabólico en medio de las mismas turbu- lencias y contradicciones que genera. Las distitnas estrategias para instrumentalizar la gobernabili- dad que reemplaza la dominación/explotación social producto de las contradicciones del sistema por conflictos manejables, han demos- trado la necesidad de recurrir cada vez más a un ejercicio violento del poder para lograr sostener los cada vez más débiles pactos socia- les que intentan organizar la vida de nuestras sociedades en medio de profundas desigualdades, con exclusión y dominación siempre

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