El Vuelo del Fénix

303 Américo Alvarado tomo 3 Marx analiza, crítica y científicamente, para mostrar lapida- riamente las formas fetichizadas del régimen capitalista de produc- ción, lo que denomina “la formula trinitaria”: Capital–interés; tierra–renta del suelo; trabajo–salario, con lo que se elimina bonitamente la ganancia, o sea, la forma de la plusvalía especí- ficamente característica del régimen capitalista de producción” (Marx, 1977: 754, tomo III). Esta fórmula trinitaria es la manera ideológica y fetichizante de pre- sentar las tres fuentes de rentas articuladas, de esta manera, en la producción de la riqueza capitalista. Según esta formula el capital, de suyo, propiamente, genera má- gicamente el interés, la tierra igualmente, desde sí misma, por propia condición genera la renta del suelo, y el trabajo genera el salario, au- tónomamente. Por lo tanto, no es un proceso de relaciones de pro- ducción que en base al trabajo crea riqueza de una manera histórica específica. Son las cosas (el capital, la tierra y el trabajo) las que tienen el poder social de producir riqueza, no se sabe cómo, pero lo tienen… Marx explica que el capital no es una cosa material sino una de- terminada relación de producción que corresponde a una determi- nada formación histórica de la sociedad, y que se materializa en una cosa y le confiere un carácter social específico. El capital no es la suma de medios de producción materiales y pro- ducidos. Es el conjunto de los medios de producción convertidos en capital y que de suyo tienen tan poco de capital como el oro o la plata, como tales, de dinero. Es el conjunto de los medios de producción mo- nopolizados por una determinada parte de la sociedad, los productos y condiciones de ejercicio de la fuerza de trabajo sustantivados frente a la fuerza de trabajo vivo y a la que este antagonismo personifica como capital. No son solamente los productos de los obreros convertidos en potencias independientes, los productos como dominadores y compra- dores de quienes los producen sino también las fuerzas, relaciones y formas sociales de este trabajo, que se enfrentan con ellos como pro- piedades de sus productos. Nos encontramos, pues, ante una determi- nada forma social, muy mística a primera vista, de uno de los factores de un proceso social de producción históricamente fabricado (Marx, 1977: 754-755, tomo III). Este planteo de Marx del fetichismo de las relaciones de producción en el sistema capitalista que figura en el tomo 3 de El Capital , vuelve a hacer aparecer el profundo sentido crítico de la noción de aliena- ción en el modo de producción basado en la propiedad privada y, por

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