El Vuelo del Fénix
EL VUELO DEL FÉNIX 300 una condición social práxica, y que es por lo que Marx sostiene en la Tesis VI sobre Feuerbach: Feuerbach diluye la esencia religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales. Feuerbach, que no se ocupa de la crítica de esta esencia real, se ve, por tanto obligado: A hacer caso omiso de la trayectoria histórica, enfocando de por sí el sentimiento religioso y presuponiendo y suprimiendo un individuo humano abstracto, aislado […] (Marx, 1969: 11). Y en la Tesis VIII: “La vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica” (Marx, 1969: 11). Por lo tanto, concluirá Marx en su Tesis XI sobre Feuerbach, de manera muy contundente respecto de una realidad social humana creada por los seres humanos y en la cual se han autoproducido a sí mismos como tales seres humanos, con su diversidad de capacidades individuales y sociales que: “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversos modos, pero de lo que se trata es de transformarlo”. (Marx, 1969: 12) Marx comprende, contra Hegel y Feuerbach y en general contra todo el idealismo alemán, que todo pensamiento (toda teoría) provie- ne de la actividad práctica (social) de los hombres; actividad práctico- social que es en sí un entramado real, objetivo, de relaciones sociales mediante las cuales estos producen y reproducen su existencia social, la cual es, obviamente, asidero y fundamento de la existencia indivi- dual de los mismos. Estos análisis que venimos desarrollando respecto de la categoría de formación social nos conducen a afirmar ahora, justificadamente en la obra ontoepistémica de Marx, que la filosofía de la praxis apare- ce en El Capital transfigurada en el campo revolucionario de una epis- temología dialéctica que, metodológicamente, da cuenta de la ciencia social (histórica), confirmada y convalidada en su objetividad (en su veracidad) por la ciencia de la crítica de la economía política del capita- lismo . En este sentido, nos devela la comprensión y explicación de una realidad cuyo sentido, social e histórico, nos incluye como víctimas y victimarios, como videntes e invidentes, al unísono, de un sistema de explotación altamente desarrollado y brutal de la vida humana, trabajo mediante y de sus fuentes naturales, vulnerables y extinguibles. La formación social capitalista mundial –se muestra en El Capi- tal – es, de fondo, el régimen de producción capitalista como sistema económico de producción y reproducción social de la vida humana. En él, la objetivación social de los productos y creaciones humanas
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