El Vuelo del Fénix

EL VUELO DEL FÉNIX 294 No podemos dejar de mencionar que, en relación a lo anterior, las obras clásicas entre los clásicos son las obras de Engels (1970), Lenin (1967) y Lukács (1973) y que, en general, figuran como fuen- tes del marxismo (si entendemos el marxismo como, genuinamen- te, el pensamiento de Marx en tanto es la crítica filosófica, polí- tica y científica del capitalismo). Pero es la filosofía de la praxis (Vázquez, 1972 ) la piedra angular del nuevo punto de vista que permitirá a Marx su concepción revolucionaria, de base científica, en torno a la crítica del capitalismo; todo lo cual significó, muy im- portantemente, y como una conquista de la humanidad en su pro- ceso histórico de emancipación, tanto intelectual como material, – así creemos – el abatimiento crítico y epistemológico del punto de vista de la economía política que pretendía imponer y universalizar la eternización de las relaciones de producción capitalistas , como el fundamento del desarrollo de la sociedad humana y el principio de su explicación económica. Los intentos de una explicación acertada de la realidad como mundo del hombre y creado por él han acercado y alejado, al mismo tiempo, a la realidad y de la realidad, tanto a Hegel como a Feuerbach que son, finalmente, los máximos exponentes del idealismo Alemán. Hegel considera que es el espíritu , como sustrato y esencia ra- cional de la realidad, lo que constituye la actividad y el movimiento de la misma. El despliegue del espíritu en el tiempo es la historia, y en el espacio es la naturaleza. El espíritu avanzará a través de sus di- versas formas enajenadas de existencia en la realidad (las sucesivas y diversas formas históricas de la conciencia) hacía la libertad que ha- llará, finalmente en la conciencia de sí, en la autoconciencia o saber absoluto en la fenomenología o, lo que es lo mismo, en la lógica ( la Ciencia de la lógica ) la Idea Absoluta, que equivaldrá, finalmente, en sus términos idealistas, en la praxis marxista, a la unidad de la teoría y la praxis (Marcuse, 1976) El trabajo, la actividad creadora del hombre frente a la natu- raleza, es una actividad real que permite a la conciencia (racional) portada por el hombre elevarse, mediante esta importante fase, a la autoconciencia o conciencia de sí. A este nivel la actividad humana como trabajo es formación del hombre como proceso y camino de su liberación (en este escenario fenomenológico, histórico y real, enaje- nado, en la marcha hacia la libertad, se va a producir, según Hegel, la lucha por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, que resulta en términos idealistas, simbólicos y desencarnados, la expresión de la lucha de clases y de la dominación de una clase sobre otra). El tra- bajo humano es una actividad espiritualizadora por cuanto que quien trabaja es realmente el espíritu presente, práctica y fenomenológi-

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