El Vuelo del Fénix
293 Américo Alvarado Es la ruptura de la ilusión de una realidad antroposocial fija, pe- renne, intransformable y ajena a nosotros (Freud, 1986) que como porvenir había decantado el modo capitalista de producción y repro- ducción en la civilización occidental lo que fundamentalmente le de- bemos a Marx y su descubrimiento de la praxis humana, es decir, de la condición transformadora de la actividad practica humana (el hom- bre definido, auténticamente, desde su ser real y no ideal o imagina- rio), que se ha creado a sí misma a partir de sí misma, en el proceso del trabajo como simbiosis de hombre y naturaleza. Esa ilusión era una poderosa forma ideológica de dominación (a nivel del pensamiento y de la cultura) que había creado y asumi- do la filosofía de Europa occidental (prevalida de sus antecedentes platónico-aristotélicos en la Grecia clásica) llevada a su máxima ex- presión en lo más avanzado del pensamiento desarrollado, histórica y socialmente, por la burguesía y que era, como sabemos, la filosofía clásica alemana. Esta filosofía constituía el mayor producto del pensamiento de la clase históricamente triunfante que era la burguesía, única cla- se social que había logrado, históricamente, la producción material y espiritual (cultural) más desarrollada y elevada de la humanidad hasta entonces, teniendo como representantes máximos, como sabe- mos, a Kant, Fichte, Schelling, Hegel y Feuerbach, quienes de ma- nera diversamente idealista dan cuenta de la explicación más pro- fundamente irreal, aunque pretendidamente verdadera, del hombre y su mundo, del conocimiento y de la realidad, tanto natural como social e histórica. Pero Marx crea, desarrolla y madura su pensamiento crítico revo- lucionario, a partir de una profunda y radical confrontación crítica de los productos intelectuales y políticos, más excelsos y prominentes, de la burguesía que, como él mismo había desacralizado –“el pensamien- to de la clase dominante, sus ideas, son también las ideas de la época” (Marx y Engels, 1975: 50)– precisamente gravitaban, poderosamente, en la atmósfera cultural de la Europa de su tiempo. No sólo la filosofía clásica alemana, sino también el socialismo utópico, el anarquismo y el reformismo, y en el plano económico la economía política (del capitalismo) en la obra de sus máximos representantes David Ricardo y Adams Smith. De estas tres críticas, como sabemos, Marx produce la concep- ción científica de la historia ( la concepción materialista de la historia o materialismo histórico ), La Crítica de la Economía Política del capita- lismo ( El Capital ) y sus tesis políticas que, en conjunto, conforman su teoría política: la teoría del Estado capitalista, la lucha de clases entre burguesía y proletariado y la revolución socialista.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=